sábado, 1 de marzo de 2014

PACEM IN TERRIS (Paz en la tierra)
 
En memoria a mi padre Milton Efrain Montufar S.
 
Pacem in terris me recuerda las insufribles inspiraciones (bostezos) en clases del profesor Singleton en Lovaina, cuando en su erudición, inundaba el salón con frases en latín, griego, inglés o hasta español. Adepto al marketing de la palabra, me prometía entonces, que encontraría la táctica para decir lo complejo con gracia y docilidad al entendimiento más prosaico; secularizando lo sagrado, relatando al mito con parquedad y refulgencia.
Pacem in terris es la evidencia explicita que no lo he logrado.  Solo que ahora me ocupa aun más ser asertivo con las palabras, pues me comprometí a tomar la bitácora e intentar que los estudiantes de posgrado se enamoren de la neurofisiología de los lenguajes, un cometido nada fácil, pero ese es otro afán que no corresponde a la entidad de este ensayo.
Pacem in terris es búsqueda paradójica, pues la búsqueda no produce generalmente paz. Pacem in terris no indaga para descifrar, aclarar, dilucidar, demostrar o desentrañar algo tácito, tampoco solo distinguir, advertir, notar, resaltar, percibir, reparar o comprender un objeto. Es más la búsqueda del mirar que crea permanentemente, que interpreta modificando lo observado gracias a lo comprendido; la conciencia de ver que modifica lo visto o sentido. Para este cometido, se requiere además mantener la sensibilidad de vincular lo aparentemente deslindado y falto de coherencia.  La búsqueda del todo. Ecumenismo laico.
 
Lu Xun y la exploración de la realidad
 
Lu Xun (1881 – 1936) escritor y ensayista chino fue considerado fundador de la literatura moderna china. Lu quería ser médico, pero percibió que la medicina solo sanaría el cuerpo, pero era el alma de china que debería ser salvada a la época (Newsweek, vol 16; 34:2012). Así inicio el camino literario.
Lu Xun narro en El diario de un loco, un personaje en búsqueda del humanismo el cual percibía a su prójimo como caníbales. Una sociedad caníbal con una historia de 4000 años. Una sociedad feudal que se consumía a sí misma por su incapacidad para percibir la realidad cambiante y adaptarse o modernizarse en consecuencia.  A través la metáfora del canibalismo Lu Xun denuncia el peso de los valores tradicionales en la sociedad de la época que impedían el desarrollo humano.
Descubro en Lu, ese rayo de conciencia capaz de distinguir la necesidad de explorar la aparente realidad. La sensibilidad para percibir otro mirar posible bajo el retrato fijo de la cotidianidad. Sin embargo son más densos los mecanismos humanos que disminuyen esta sensibilidad.
 
La percepción selectiva de la realidad
 
En uno de los trabajos más citados de la psicología social (Sherif y Sherif, 1953; 1961; 1969) se concluye que un mismo suceso puede ser juzgado de manera muy diferente dependiendo si la fuente del suceso puede ser percibida como buena o mala. Es decir que dependiendo de quién expresa tiene valor lo expresado.
La evaluación selectiva del comportamiento se refiere al hecho de que un mismo suceso puede ser percibido y valorado diferente. El ser humano se inclina luego a buscar la evidencia confirmatoria, donde los actores implicados tienden a atender selectivamente los aspectos del comportamiento del otro que confirmen nuestras opiniones previas (Stillinger et al 1992). Finalmente la distorsión atribucional se refiere a una de las teorías populares más generalizadas sobre el comportamiento humano (Ross, Nisbett, Anderson). Nos referimos a la asunción de que el comportamiento está causado fundamentalmente, por las disposiciones del actor, como opuesto a las características particulares de la situación en las que el actor responde. Es decir el ser humano responde a lo que cree y percibe no ante el fenómeno real externo.
La percepción selectiva de la realidad podría ser ese canibalismo que el literato Lu Xun recreaba en sus textos.
 
El desencadenante de cambio
 
Ciertos seres humanos poseen miradas dispersas del orden establecido en cuanto a la interpretación de la realidad y además tienen la voluntad para ser fieles a su percepción. Estos actores representan el desencadenante de cambio o la fisura en el muro del imaginario contemporáneo.
En el siglo XVII el jesuita Atanasio Kircher acepto la existencia de la Atlántida, dibujando un mapa que le ubicaría en el Océano Atlántico entre España y las Islas del Caribe, ocupada por las islas Azores. La existencia de una civilización de cinco mil años anterior a la creación del mundo señalado por el Génesis, supuestamente ocurrido hacia 5500 a.C no podía ser aceptada sin crear conflicto teológico. Sin embargo Atanasio realizo la audacia de fisurar el muro de su realidad contemporánea.
Según Platón el primer gobernador de la Atlántida fue Atlas. Entre los monarcas descendientes se cuentan Amferes, Evaimon, Mineseas, Autóctono, Elassipo, Mestor, Diapredes y Azaes, que coincidentemente se asemeja a Azores, que más bien significaría azul.
Angelo Giuseppe Roncalli fue el precursor del Concilio Vaticano II, también fue quien escribiría  la encíclica Pacem in terris, en plena guerra fría. Más conocido como El papa Juan XXIII. Su actitud se resume bien en estas sus palabras:
“No hay que preocuparse de sí mismo y de quedar bien. En la concepción de las grandes empresas basta con el honor de haber sido providencialmente invitados. Hemos sido llamados a poner en marcha, no a concluir.”
El 11 de octubre de 1962 el papa Roncalli abrió el Concilio Vaticano II en San Pedro. Este Concilio cambiaría el rostro del catolicismo: una nueva forma de celebrar la liturgia (más cercana a los fieles), un nuevo acercamiento al mundo y un nuevo ecumenismo. Respecto de esto último, Juan XXIII había creado en 1960 el Secretariado para la promoción de la unidad de los cristianos, una comisión preparatoria al Concilio que más tarde permanecería bajo el nombre de Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos. Era la primera vez que la Santa Sede creaba una estructura consagrada únicamente a temas ecuménicos. Para la presidencia de ese organismo el Papa designó al cardenal Agustín Bea, quien luego se convertiría en una de las figuras determinantes del Concilio Vaticano II.
Desde la apertura del Concilio, el papa Juan XXIII enfatizó la naturaleza pastoral de sus objetivos: no se trataba de definir nuevas verdades ni condenar errores, sino que era necesario renovar la Iglesia para hacerla capaz de transmitir el Evangelio en los nuevos tiempos (un "aggiornamento"), buscar los caminos de unidad de las Iglesias cristianas, buscar lo bueno de los nuevos tiempos y establecer diálogo con el mundo moderno centrándose primero "en lo que nos une y no en lo que nos separa".
Al Concilio fueron invitados como observadores miembros de diversos credos, desde creyentes islámicos hasta indios americanos, al igual que miembros de todas las Iglesias cristianas: ortodoxos, anglicanos, cuáqueros, y protestantes en general, incluyendo, evangélicos, metodistas y calvinistas no presentes en Roma desde el tiempo de los cismas (Wikipedia).
 
En aras de una conclusión al menos provisional: las fisuras en el muro
 
Quien se enfrenta a la mirada ortodoxa  crea fisuras en el muro del imaginario humano. Y sembrándole dudas a la realidad, descubrimos la cortina al misterio pero también a otra posibilidad más ecléctica o heterodoxa.
La paradoja de esta reflexión, es que los cambios en la mirada perceptiva de los imaginarios culturales traen guerra e intranquilidad, desosiego y angustia, más no la paz en la tierra. No hay nada más pacífico y aquietante que imaginar que al despertar todo será igual a la mañana anterior. El cielo y la montaña en su sitio. Eso hace a las mentiras generadoras de certidumbre el mejor alucinógeno político y social, y a los actores desencadenantes de cambios el peor peligro al statu quo.
 
Bibliografía

Far, Jarl. Como ser rico con poco dinero. Morales editores, 2006
Microsoft ® Encarta ® 2009. © 1993-2008 Microsoft Corporation. Tous droits réservés.
Newsweek, vol 16. No 34; 19 de agosto 2012, página 47
Nisbett, R y Ross, L. (1980) Human inference: Strategies and shortcomings of social judgement. Englewood Cliffs, NJ: Prentice HallRoncalli, Marco;
Capovilla, Loris F. (2006). Juan XXIII: en el recuerdo de su secretario Loris F. Capovilla: entrevista de Marco Roncalli. Ediciones Palabra. ISBN 978-84-9840-054-0.Stillinger, C.; Epelbaum, M. ; Keltner, D. y Ross (1992). The reactive devaluation barrier to conflicto resolution. Stanford UniversitySherif, M. y Sherif C.W (1953). Groups in harmony and tension. New York: Harper & Row"Así era Juan XXIII", Benedicto Tapia de Renedo, Compañía Bibliográfica Española, 1964www.wikipedia.org/wiki/juan_XXIII 
 
Carlos E Montufar 
 

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