jueves, 20 de agosto de 2015
miércoles, 19 de agosto de 2015
ENSAYO
ETNO MEDICINA: ¿UNA EXPRESIÓN CULTURAL DE
DISIDENCIA?
Etnomedicina es una
palabra más próxima al sortilegio que a la conceptualización. Sin embargo el
esfuerzo se amerita. Etnia proviene del griego clásico y significa pueblo o
nación. Es decir una agrupación de seres
humanos que comparten ciertos rasgos culturales, estos grupos,
excepcionalmente, representan una estructura política y la potestad de un
territorio. Medicina proviene del latín,
que proviene del término “mederi” que significa curar, medicar. Es la ciencia dedicada al estudio de las
estrategias para el mantenimiento y recuperación de la salud, aplicándolo al
diagnóstico, tratamiento, prevención de las enfermedades y promoción de la
salud. Sin embargo etnomedicina no puede delimitarse al significante salud del
pueblo desvelando la paradoja que
son dos vocablos occidentales que pretenden conceptualizar lo no-occidental. Más
próximos están los términos de lógica de
auto exploración, creencia, legitimidad, identidad, reconocimiento; aspectos más
próximos a la disidencia con el modelo hegemónico occidental.
Añadir un parágrafo
sobre el hibrido etnomedicina requiere desplegar un marco teórico con
pretensiones de integralidad para intentar comprender de manera holística y
ecológica los sistemas de la vida y las sociedades humanas que la conciben.
Este marco conceptual incluye elementos de la propia percepción de la humanidad en tanto miembros del
universo de seres vivos. A la dimensión biológica y social se añade la cognitiva
y cultural o con mayor simplicidad; vida, mente y sociedad.
Etnomedicina, es el
estudio de las medicinas tradicionales practicadas por diversos grupos étnicos,
la cual es fruto y agente catalizador de la cultura que la origina. La palabra
etnomedicina se utiliza a veces como sinónimo de la medicina tradicional en especial la practicada por los pueblos
ancestrales no occidentalizados. Paradójicamente previo al método científico
Cartesiano del siglo XVII, también los pueblos autodenominados de occidente ejercieron
sus medicinas tradicionales no basadas aun en la empírica y la medición. Siendo
producto cultural por consiguiente, obedece a las lógicas humanas y es
profundamente de representación antropológica.
Durante milenios la
especie humana ha aprendido a observar los fenómenos de su hábitat, a
experimentar con su propio cuerpo, a relacionarse con el entorno vivo, a
identificar efectos en la naturaleza, germinando fitoterapia. Es decir, la
utilización de las plantas y sus variantes con objetivo terapéutico, ya sea
para prevenir – fortalecer el cuerpo, para aliviar o para curar las
enfermedades. En otras naturalezas, se buscaba una especie de exorcismo de las
energías del mal, como curación a la enfermedad. Estableciéndose una
correlación entre energía y espíritus.
La etnomedicina se
profundiza en la relación con las representaciones y las prácticas humanas en
referencia al sufrimiento, la enfermedad y a la tribulación del cotidiano,
menos síntoma y más consenso de creencia
que principio activo farmacológico o complejo de Edipo. La etnomedicina
conlleva en su práctica la eco – lógica de una mundo imaginario percibido e
interpretado desde la disidencia de las culturas que no llegan aun a la
clarividencia de la ciencia absoluta producto de una civilización normatizada (normalizada)
que al normar esclaviza, que al buscar la confirmación de la hipótesis segrega
al extremo ignorado del intervalo de confianza estadístico a las propias
expresiones más naturales de la vida, que se promete proteger.
La Etnomedicina es
un término que impone diálogos entre los saberes populares no escolásticos, las
clasificaciones vernáculas sobre el cuerpo, la enfermedad y la salud de su
contexto social, en anuencia con la realidad biológica de la fisiología, la
patología, la semiología y la epidemiología.
El objetivo de este escueto
pero ambicioso marco global de comprensión, puede esbozarse, en dos preguntas: ¿Es
la etnomedicina un producto cultural? Y, ¿Cómo la etnomedicina siendo parte del
universo (en tanto producto de la humanidad), puede desarrollarse (sobrevivir),
manteniendo la vida existente, a pesar de su evidente confrontación con la
lógica metodista moderna?
Plutarco Cisneros
responde a la primera hipótesis con otra pregunta: ¿Por qué dudarlo, si es un
conocimiento que liga naturaleza y antropología? Allí se fundamenta la razón de su capacidad
de coexistir porque la lógica del método moderno no posee hasta hoy respuestas
lógicas o harmoniosas con las necesidades de salud de la especie.
Considerándose que el concepto salud tampoco es singular y obedece a la
concepción de lo que la vida es o debe ser de cada cosmovisión humana.
Producto del saber
empírico, las técnicas etnomédicas son eminentemente de tradición y
conformación oral, pertenencia y producto de la cultura en la cual se han
forjado. Llevan impresa las connotaciones de una visión particular de la
realidad y de la contextualidad histórica y ontológica. Como producto humano
sobrevivirá mientras las culturas de origen subsistan en el imaginario de los
pueblos, pero su paralelismo con la ciencia moderna requiere revisar categorías
más complejas.
Al incorporar
visiones tan figuradamente distantes como la la teoría de la complejidad, un
paradigma no lineal para percibir la globalidad de la vida y las sociedades
podemos escudriñar esbozos de respuestas. Grandes interrogantes surgen de esta
primera reflexión: ¿Hasta dónde la organización humana (sociedades y culturas)
están vivas?, ¿Cuáles son los riesgos que la globalización procrea a través de
la ciencia médica occidental sobre los saberes médicos ancestrales?
Profundamente
ecológica, la etnomedicina aproxima seres humanos y naturaleza y recorre
al valor intrínseco de todo ser vivo, en
una percepción cognitiva tan profunda de las relaciones, que inclusive el
calificativo espiritual podría ser acertado. El análisis de los patrones de
organización de los seres vivos, merece gran atención, en tanto parámetro de
estudio, evolucionando hacia la teoría de los sistemas vivos, que representa el
mejor parangón de la teoría de la complejidad, mundo de la dinámica no lineal.
Mundo metodológico, poco abordado en el estudio de las ciencias sociales, perteneciente
a cosmos de la biología, las ciencias naturales. Su distancia con las cadenas
de producción de fármacos, la convierte un personal y compleja, tanto como
paradójicamente simple, absurda o contradictoria. Delimitando su singularidad a
la cultura de origen, categoría disímil con la universalización que impone la
medicina industrial.
Mantener la
vida y
las culturas a la que pertenecemos, es
de por si un objeto pertinente, casi un deber cósmico. La observación empírica
humana ha construido una fuente de saberes y de ritos que bajo un término
global llamamos etnomedicina, el cual siendo sensibles a la realidad es diversa:
las etnomedicinas, pues cada cultura ha desarrollado sus propias maneras y
métodos para promocionar la salud o restablecerla cuando se la ha perdido.
Las etnomedicinas no
son solo un proceso de cognición, o la representación de un mundo con
existencia independiente, sino el producto del alumbramiento de un mundo a
través del proceso de vivir. Representa el resultado de una conciencia histórica
de la relación entre el ser humano y su entorno biológico natural. Una
conciencia que no es solo algo biológico, sino también social, igual que el
lenguaje, una comunicación simbólica. El organismo vivo alumbra un mundo
estableciendo distinciones, así la interpretación juega rol vital, explicando
que no existen los colores en la naturaleza, solo en la mente, como órgano
creador e interpretador de la realidad externa a él. Las etnomedicinas son
resultado de esa dinámica consiente. Una dinámica no lineal que se presenta
como la mejor manera de entender la vida, pero no la más simple. Una
cosmovisión donde el ritual absuelve al ser humano, mas allá de la cura, donde
la cultura misma puede promover la enfermedad con sus hábitos y
representaciones, o simplemente con el acto litúrgico del estándar que califica
de anómalo el desvío estadístico de la tendencia central.
La comunicación es
la coordinación del comportamiento entre organismos vivos, a través del mutuo
acoplamiento estructural, es decir
cambian juntos. Las estructuras sociales nos permiten interactuar, al mismo
tiempo que son reproducidas nuestras relaciones. Esta relación es hermenéutica,
pues nos permite interpretar la realidad externa a través del yo. La vida es
auto poiésica, es decir se regenera a sí misma. La producción de estructuras
mentales en las redes sociales es muy diferente de la que tiene lugar en las
redes biológicas y ecológicas. Nada tiene sentido por sí solo. Existe una
intensión un propósito, que se identifica con la libertad humana. El
comportamiento de un sistema vivo esta constreñido, pero no determinado. En una
relectura de la significación de cultura, Raymond Williams nos habla de un
sistema integrado de valores, creencias y normas de conducta adquiridas.
Cultura es por consiguiente una percepción común. En cada cultura el uso y la
estructura del poder se descubre de manera diferente, sin embargo, se puede
clasificar este poder e identificar cuál es su razón de ser, en la humanidad.
En este contexto la medicina de la etnia es parte integrante e integral de la
cosmovisión histórica; no existe pueblo con identidad que no fabrique sus
propias enfermedades y que no haya exorcizado sus propios males. Esta potestad
de enfermar y curar que tienen las culturas humanas es un poder social
inherente.
John Kenneth
Galbraith descubre que el poder resuelve conflictos. Siendo este su propósito
ejemplar. El objetivo del poder seria
resolver conflictos y equilibrar intereses contrapuestos. ¿Es la medicina de
una etnia un poder? Erich Fromm distinguía el poder “para” y el poder “sobre”,
teniendo este último una connotación negativa. ¿Es la medicina un poder “para”?
La capacidad de alivio del dolor o la cura de la enfermedad representan un don,
una capacidad, por consiguiente un poder sobre el paciente sometido a la
clasificación de enfermo. Fácilmente relacionaríamos este poder curativo como
un poder “para”. Y desde esa óptica la eliminación o armonización de las
medicinas tradicionales en pro de una medicina occidental científica, reduciría
el poder inherente a un pueblo para enfrentar un mal o un problema de salud o
al menos creer poder hacerlo con sus propios medios. Actualmente la misma
medicina occidental y científica sufre las contravenciones de epidemias de
origen oscuro como el Ébola, las cuales filtran los cercos epidemiológicos,
descubriendo el carácter antropo-centrista en cuanto al acceso a tratamiento y
las debilidades internas de su propia organización.
La verdadera
autoridad consistiría en conferir poder a otros para que actúen, según Hannah
Arendt. Esta percepción del poder se percibe en el sistema democrático, donde
el poder del grupo es transmitido al representante elegido. ¿Acaso al inventar
la cura, un pueblo se otorga a sí mismo el poder del equilibrio? Como en las
culturas remotas de Asia, donde el Ying y el Yang eran modulados por el tercer
poder: El Tao o la fuerza conciliadora que las contiene. Probablemente el poder
de las etnomedicinas se halla en su potencialidad para enfrentar la enfermedad
de forma endógena, autónoma, en el ritual de su propio lenguaje cultural, y el
ejercicio del derecho de vivir y morir de acuerdo a su propia concepción de
vida y muerte.
Antony Giddens dijo
que El libre albedrio no es acto discreto sino un flujo continuado de conducta.
El flujo es la vida, es la continuidad. La continuidad de la vida. Una
continuidad que se valida o excluye de acuerdo a su capacidad explicativa de la
realidad percibida. La cultura es identidad, con perímetros no físicos con expectativas
y lealtades, negociados permanentemente. Pertenencia. Valores compartidos. ¿Se
encuentra en la capacidad conciliadora, en el restablecimiento del flujo
social, la cura, la normalidad? ¿Es la mejor medicina la que conlleva al
equilibrio? En este contexto, en cuanto a fines, son comparables o
complementarias la medicina científica occidental y las etnomedicinas?
Desde el siglo XVII
cuando Anton Van Leeuwenhoek descubrió los minúsculos microbios, occidente ha
percibido la enfermedad como un mal externo al cuerpo, extrapolándose a la idea
de lo bárbaro o destructivo que proviene allende fronteras conocidas. Como el
microbio invasivo que corrompe la naturaleza interna del cuerpo. Paradoja con
la medicina oriental tradicional la cual
basa su concepción en el concepto de chi (o energía vital) equilibrado, que se
cree recorre el cuerpo de la persona. Quienes practican esta medicina proponen
que el chi regula el equilibrio espiritual, emocional, mental y físico y está
afectado por las fuerzas opuestas del yin («energía» negativa) y el yang
(«energía» positiva). Según la medicina china tradicional, la enfermedad ocurre
cuando se altera el flujo del chi y se produce un desequilibrio del yin y el
yang. Por consiguiente el fundamento de la enfermedad es de categoría endógena,
es decir proviene de la propia inestabilidad del ser.
La etnomedicina se
deja percibir como un quehacer vinculante entre dos expresiones de una
macrocultura o global cultura. Ambas giran en torno al ser humano, he allí su
categoría antropológica. Es una relación de semejantes que permite la
aplicación y su uso, un vínculo entre las ciencias sociales y las ciencias
biológicas, más aun, interpela la verdadera sostenibilidad de nuestra manera de
vivir en tanto especie, ante el paradigma ecológico profundo, donde prima la
visión de la calidad de relaciones entre todos los seres vivos. ¿Las sociedades
actuales, poseen la capacidad para percibirse en tanto forma, proceso y
materia? Pueden identificar sobre todo el proceso como espíritu central de su
desarrollo? ¿Poseen un propósito, calificado este, como objetivo trascendente e
inherente a la vida? ¿Las sociedades humanas actuales, poseen un propósito
consiente en su evolución cotidiana? ¿Lo poseen las etnomedicinas? Para decirlo
con precisión, la etnomedicina es la oportunidad que tiene un individuo para
enfermarse o curarse de acuerdo a varias opciones o paradigmas culturales.
¿No sería que el
modo de producción y subsistencia ha modificado las percepciones y las
relaciones de la humanidad con la naturaleza, agudizando ciertos sentidos y
amortiguando otros? Fuimos alguna vez una sociedad consiente de las múltiples
relaciones con la vida? Fue alguna vez tan profundo el espíritu religioso, que
permitió la búsqueda de lo sagrado y la identificación con la vida? ¿Son las
etno medicinas espacios de atisbo de una relación olvidada, que paralela al
método científico puede guiarnos más allá del dialogo salud-enfermedad? Simplemente
las sociedades pre industriales fueron menos destructivas de la naturaleza,
porque no tenían las herramientas para expoliarla como se realiza actualmente? Concretamente,
existía un vínculo entre la sociedad y un propósito de vida establecido? Si
analizamos las sociedades actuales en generalidad, podríamos casi sospechar que
si existe un propósito, digamos objetivo para diferenciarlo de la gran visión
que un propósito conlleva, ese gran objetivo es “tener”. En ese contexto la
salud es una mercancía, un bien a obtener.
Podríamos concebir
que vivamos en una sociedad que busca la posesión del objeto como ideal máximo,
objetivo a corto y largo plazo. Siendo el papel moneda o cibernético, el objeto
de culto y al mismo tiempo símbolo de conquista e identidad. ¿Pero estas
características representan algo maligno o enfermo en sí mismo? ¿Podemos juzgar
a las culturas y los seres humanos que las crean bajo esta categorización? Evidentemente no. La
vida del ser humano conlleva la capacidad de crear y creer y cada sociedad es
distinta y diversa, incluso disidente. Disidente partiendo desde el paradigma científico
occidental. Una cosmovisión que comparte la historia humana sin ceder paso al credo científico ni a la
nueva religión de la modernidad. La etnomedicina es una manera de vivir la
salud y la enfermedad que al permitir la diversidad facilita la disidencia con
el imaginario de occidente. La
dupla salud - enfermedad aun la inventada según Cisneros, es una forma de vivir
de quien la padece pero puede ser una manera de decir en/a su entorno que está
vivo, una expresión que requiere ser decodificada, en estos casos la opción de
la etnomedicina es tan válida como la ciencia.
Hannah Arendt hace
referencia al olvido de la búsqueda de inmortalidad del ser humano. Concebido
este deseo de inmortalidad en relación a la identificación de objetivos
transcendentes. Se percibe en ese olvido de la búsqueda de inmortalidad una
relación con el individuo actual de la sociedad contemporánea, que indaga más
bien la atemporalidad y el presente preciso. La cultura contemporánea no está
diseñada para acomodar al individuo a otro espacio que el productivo de la
sociedad de consumo con una apreciación esmerada de la ovación efímera frente
al equilibrio con las cosas, las ideas y con sigo mismo. Ese no es el objetivo
contemporáneo sostiene con énfasis Elikura Chihuirilaff, culturista mapuche. Ese
equilibrio que las etnomedicinas buscan a través de las energías o los
sustratos vegetales. En estos casos hay
espacios para un sanador o curandero de tal manera que el ámbito del saber
ancestral puede proyectarse más allá de la frontera que marca una específica
forma de curar una dolencia individualizada.
Todos los seres
humanos requieren sentir que sus acciones tienen sentido, tener una imagen
mental de lo que queremos hacer. Algo trascendente que justifique nuestra
diaria vivencialidad. Inventar la enfermedad es romper la armonía, crear el
aislamiento, el sin sentido. Solo la vida engendra salud, ella conlleva la
capacidad de creer y de crear, y los etnos de las civilizaciones humanas son
esos múltiples colores que descubren a nuestro imaginario aun como un escueto
catálogo de las maravillas que la vida disidente comparte a las culturas.
¿Qué hacer frente al
enfermo de “espanto”? Aplicar la farmacéutica o intervenir en el tratamiento
del curandero? ¿Cómo puede un ser
exasperado por su finitud pensar en el equilibrio eterno? ¿Ayudan las
etnomedicinas como productos culturales a aceptar la finitud y la muerte, o a
relacionar a la muerte como una parte de la vida? Probablemente mientras no
sepamos esgrimir respuesta concluyente, la ciencia occidental médica y las etno
medicinas convivirán en ese encuentro a veces forzado pero de humildad
complementaria que la realidad exige.
Las etno medicinas
existirán mientras los pueblos se identifiquen a sí mismos y guarden el valor
de creer en sus historias no contadas o hasta que la medicina occidental
descubra la manera de inocularse contra la filosofía de la causa efecto lineal.
Esa verticalidad que exonera a las emociones humanas como catalizadores de
conducta y su relación con la supervivencia de la vida, concluyendo en la prisa
que solo el fenómeno transformado en hipótesis es digno de reconocimiento y
estudio.
Carlos E. Montufar
CONSTITUCIONES DEL ECUADOR
CONSTITUCIONES DEL ECUADOR
Desde 1830, inicio
del Ecuador como Republica, en un espacio de 185 años nuestra sociedad ha
generado 23 Constituciones. Un promedio de nueva carta magna cada 8 años.
Existieron constituciones que duraron solo un año, como las de 1850, 1851,
1883, 1906, 1978. Otras con mayor durabilidad como la de 1907 que estuvo en
vigencia 22 años, la constitución de 1946 que fue utilizada durante 21 años y
la de 1998 con una funcionabilidad de 19 años.
La Constitución es
la norma suprema de un Estado de derecho soberano. La Constitución fija los
límites y define las relaciones entre los poderes del Estado y de estos con sus
ciudadanos, determinando así las bases para su gobierno y para la organización
de las instituciones. Este documento busca garantizar al pueblo sus derechos,
deberes y libertades. Su cambio frecuente es muy posible que no contribuya al
desarrollo a largo plazo de un país.
Carlos E. Montúfar S.
LA VIRTUD DE LA REALIDAD EN LA PINTURA DE CARAVAGGIO
LA VIRTUD DE LA REALIDAD EN LA PINTURA DE CARAVAGGIO
Michelangelo Merisi
al pintar “La muerte de la Virgen” en el año del señor de 1.605, lo hizo con
tanta crudeza y dolor en sus imágenes, horrorizando a quienes en aquella época
prometían y promocionaban el tránsito hacia una vida más allá de la muerte. ¿Cómo
podía pintar tanto dolor por la muerte de la virgen, a sabiendas que su alma
era inmortal?
Sigmund Freud sostenía
que el principio de realidad era el límite que se le fijaba al principio del
placer. En el caso de Michelangelo Merisi
su extrema fidelidad al pintar la realidad más prolija le ponía límites al
concepto religioso de la inmortalidad del alma humana, más aun tratándose de la
representación de una virgen.
Durante gran parte
de mi vida consiente, también he buscado la virtud de la realidad, hasta
comprender paradoxalmente que todo lo que percibo lleva mi propio imaginario y
que por consiguiente lo único real es lo que me atrevo a soñar.
Carlos E. Montúfar S.
Carlos Montufar Salcedo, profesor
investigador principal Universidad de Otavalo - Ecuador. Médico y antropólogo.
Especializado en Salud Pública Internacional e Historia de Religiones en la
Universidad Católica de Louvain-La-Neuve. Bélgica. PhD en Antropología Cognitiva
en Atlantic University de los Estados Unidos.
DEMOCRACIA AUTORITARIA
La democracia se basa en coexistencia
social con ciudadanos libres e iguales vinculados
con mecanismos contractuales. El autoritarismo en oposición es una
particularidad de la autoridad que imputa la voluntad de quien representa al
poder en ausencia de consenso ocasionando arbitrariedad. Este tipo de régimen requiere sustento popular
establecido en el bienestar económico de sus ciudadanos, generando tolerancia
al autoritarismo, sobre todo con apoyo de las juventudes. Realizamos un estudio
de opinión con jóvenes universitarios sobre la preferencia entre democracia plena
y democracia autoritaria mediados por bienestar económico. 86% de encuestados
manifestaron favoritismo por un gobierno autoritario a condición de bonanza
económica (pleno empleo, buenas remuneraciones, acceso gratuito a la educación).
La juventud percibe en los gobiernos autoritarios
una democracia de respuesta oportuna que
asegura el derecho al acceso de bienes y servicios. ¿Es adecuada esta tendencia
para un nuevo mundo global donde prime la tolerancia?
EL CONSENTIMIENTO DESCONOCIDO
EL CONSENTIMIENTO
DESCONOCIDO
Qué nos induce a consentir el valor del dinero? Qué fuerza misteriosa nos
convoca al unánime consenso ante dólares, cheques viajeros, y demás
fiduciarios? Qué supuesto universal, nos permite convertirlo en el referente de
las actividades humanas? En qué contexto?
Iniciemos este opúsculo intentando contestar a la más simple de las preguntas. ¿Qué es el dinero y qué papel juega en el sistema social humano?
Iniciemos este opúsculo intentando contestar a la más simple de las preguntas. ¿Qué es el dinero y qué papel juega en el sistema social humano?
El dinero es un instrumento económico utilizado para representar el trabajo y facilitar su intercambio con bienes materiales. El dinero es por consiguiente trabajo acumulado. Sirve para intercambiar mercancías, reemplazando al trueque. Pero el dinero sirve también y sobre todo a la acumulación de capitales. De no haberse creado el dinero, sería posible la acumulación de capitales? Pues no, debido a que para que la acumulación sea posible es necesario que sea puesto en circulación una cantidad de dinero superior al trabajo realizado. Este sobrante, especie del plus valía o valor añadido es el mecanismo por el cual el sistema bancario anticipa beneficios, haciendo circular una cantidad de dinero suplementario, que representa el trabajo viviente apropiado por el capital.
Pero, en qué momento de la historia, el dinero toma valor propio, minimiza al trabajo humano hasta casi degradarlo y se convierte el referente único de nuestras vidas? En qué momento de la historia, hombres y mujeres descubren que la acumulación carece de límites? Esa ansia que exige la remodelación de los procesos productivos para sobrepasar a los competidores, el objetivo socio-productivo pierde valor ante el fenómeno acumulativo. Y así, sobre ese altar los equipos son declarados obsoletos, antes siquiera que el dinero invertido haya sido recuperado, lo que exige que se recorten los costos salariales a través de la flexibilidad laboral y el licenciamiento. Pero, toda esta transformación acaece con nuestro aval! Ese consentimiento desconocido que somete a la mitad de la población del globo a la inferioridad frente a los recursos. El dinero un referente dictatorial en la sociedad post-modernista.
Sin embargo la intensión del opúsculo no es diabolizar un instrumento, ni iniciar la santa cruzada. El dinero es una invención de gran ingenio y utilidad, que ha apoyado al crecimiento de la civilización tecnológica actual –esto, no está en tela de juicio- . Mas a pesar de ese reconocimiento, que no intenta ser una justificación del mal menor, nos quedan aún muchas preguntas por contestar. Por ejemplo, cuáles serán las consecuencias de este consenso desconocido que permite a las transacciones especulativas resquebrajar estados, llevar a la quiebra a las bancas, agigantar el desempleo? Cuáles serán las consecuencias de ese consenso que permite minimizar el valor del trabajo real y productivo frente al afán sobre acumulativo? No será tiempo pertinente para iniciar el proceso de desconocer los consensos, antes que los desconocidos desestabilicen la sociedad actual?
Managua, 1998 - C. Montúfar, Una vida en artículos de prensa.
LA INEQUIDAD DE LOS TRATADOS DE LIBRE COMERCIO
Un tratado de libre
comercio (TLC) consiste en un acuerdo comercial regional o bilateral para
ampliar el mercado de bienes y servicios entre los países participantes.
Básicamente, consiste en la eliminación o rebaja sustancial de los aranceles
para los bienes entre las partes, y acuerdos en materia de servicios. Este
acuerdo se rige por las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) o
por mutuo acuerdo entre los países.
Existen 18 zonas de
libre comercio en el mundo y varios cientos de convenios. Los objetivos de los
TLC son eliminar barreras que afecten o mermen el comercio, promover las
condiciones para una competencia justa, incrementar las oportunidades de
inversión, proporcionar una protección adecuada a los derechos de propiedad
intelectual, establecer procesos efectivos para la estimulación de la
producción nacional, fomentar la cooperación entre países amigos.
Sin embargo estos
tratados dividen al mundo en zonas de comercio y marginan tácitamente al resto
generando desigualdades. Un productor no puede vender su producto en otro con
iguales aranceles si no existen estos tratados, distorsionando la economía
real. Si existiera un solo tratado mundial que permitiese el intercambio de
bienes y servicios a precios reales de forma global e integrada, evitaríamos
dividir al mundo en zonas, y permitiríamos a los mejores productores ofrecer
libremente sus productos en cualquier lugar del mundo.
Ph.D Carlos
Efraín Montúfar
Carlos Montufar Salcedo, profesor
investigador principal Universidad de Otavalo - Ecuador. Médico y antropólogo.
Especializado en Salud Pública Internacional e Historia de Religiones en la
Universidad Católica de Louvain-La-Neuve. Bélgica. Ph.D en Antropología Cognitiva
en Atlantic University de los Estados Unidos.
MICRO ARTÍCULOS DE PRENSA 2015
EL VETO
A LA DEMOCRACIA DEL CONSEJO DE SEGURIDAD DE NACIONES UNIDAS
Democracia es una
forma de convivencia institucionalizada en la que todos los miembros son libres
e iguales y las relaciones se establecen
de acuerdo a mecanismos contractuales. ¿Pero qué sucede cuando esta igualdad es
vetada legalmente?
La palabra veto
procede del latín y significa literalmente “yo prohíbo”. Es una autorización que tiene una determinada
parte con derecho a detener unilateralmente
una determinada decisión de legislación. Un veto, por tanto, proporciona poder
ilimitado para detener cambios, pero no para adoptarlos.
En el Consejo de
Seguridad de la ONU, los cinco miembros permanentes: Rusia, China, Francia, Reino
Unido y los Estados Unidos tienen derecho a veto. Si alguno de estos países
vota contra una propuesta, esta queda rechazada, incluso aunque el resto de los
188 miembros haya votado a favor.
¿Es esta una forma
de convivencia democrática ética entre las naciones soberanas en el siglo XXI?
Ph.D Carlos Efraín Montufar
Carlos Montufar Salcedo, profesor
investigador principal Universidad de Otavalo - Ecuador. Médico y antropólogo.
Especializado en Salud Pública Internacional e Historia de Religiones en la
Universidad Católica de Louvain-La-Neuve. Bélgica. PhD en Antropología Cognitiva
en Atlantic University de los Estados Unidos.
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