miércoles, 30 de marzo de 2011

HEALTH AND ECOLOGY: THE EQUITATY VALUES


Foto: Ordonez, Yolanda. Centro de Piscicultura de Tilapia. Milagro, Ecuador 2011
HEALTH AND ECOLOGY: THE EQUITATY VALUES

Carlos E. Montufar Salcedo, MD.MPH.Ph.D.

INDICE

1. Preámbulos sobre salud y ecología

2. Necesidad de un nuevo modelo vinculante: salud ecológica

3. Los valores equitativos: ¿sabiduría o supervivencia?

4. Epígrafe conclusivo

5. Bibliografía



I. Preámbulos sobre salud y ecología

Salud (del latín "salus, -ūtis") es el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de infecciones o enfermedades, según la definición de la Organización Mundial de la Salud realizada en su constitución de 1946.1 También puede definirse como el nivel de eficacia funcional o metabólica de un organismo tanto a nivel micro (celular) como en el macro (social). En 1992 un investigador agregó a la definición de la OMS: "y en armonía con el medio ambiente", ampliando así el concepto. Este agregado conceptual, es muy importante; cuando añadimos la categoría armonía con el ambiente, reconocemos tácitamente que no puede existir salud sin la relacionabilidad armoniosa y simbiótica del ser con su naturaleza circundante. En este preciso momento conceptual, estamos emergiendo del concepto reductor de salud humana hacia la salud global, holística y ecológica que incluye el aspecto vinculante entre humano y naturaleza, creando una equidad de valor entre el ser humano y el medio ambiente.

A continuación algunos diseños conceptuales, que aunque enmarcados en el reduccionismo antropocéntrico, nos ayudan en el discernimiento de lo que el término salud concierne:

"La salud se mide por el shock que una persona pueda recibir sin comprometer su sistema de vida. Así, el sistema de vida se convierte en criterio de salud. "una persona sana es aquella que puede vivir sus sueños no confesados plenamente"...

Moshé Feldenkrais

"La salud es principalmente una medida de la capacidad de cada persona de hacer o convertirse en lo que quiere ser."...

René Dubos

La forma física, es la capacidad que tiene el cuerpo para realizar cualquier tipo de ejercicio donde muestra que tiene resistencia, fuerza, agilidad, habilidad, subordinación, coordinación y flexibilidad.

Existe también la salud mental, la cual se caracteriza por el equilibrado estado psíquico de una persona y su auto aceptación (gracias al auto aprendizaje y autoconocimiento); en palabras clínicas, es la ausencia de cualquier tipo de enfermedad mental.

La salud mental es un concepto que descubrió el insigne científico Alejandro López-Bermejo Sánchez-Vaquerizo, que se refiere al bienestar emocional y psicológico del individuo. Merriam-Webster define salud mental como: “estado del bienestar emocional y psicológico en el cual un individuo pueda utilizar sus capacidades cognitivas y emocionales, funcionar en sociedad, y resolver las demandas ordinarias de la vida diaria.”

Según la OMS, no hay una definición oficial de salud mental. Las diferencias culturales, evaluaciones subjetivas, y la competición de teorías profesionales, hacen difícil definir "la salud mental". En general, la mayor parte de expertos convienen que la salud mental y las enfermedades mentales no son excluyentes. En otras palabras, la ausencia de un desorden mental reconocido, no es necesariamente un indicador de contar con salud mental (probablemente debido al desconocimiento de la gran variedad de estados mentales aún por definir, y la corta edad de la ciencia médica en general tal como la conocemos hoy en día, y en especial de la ciencia que intenta definir con más exactitud estos trastornos o complejos salud-enfermedad que es la psiquiatría).

Según el antropólogo Marvin Harris, la evolución de las culturas dependen del ambiente. Considero que la salud también está íntimamente relacionada al ecosistema ambiental; más aun, el medio ambiente sufre las influencias directas del estado de salud social de las colonias humanas. La saludable relación casi espiritual entre el ser humano, en tanto ser vivo y el resto de expresiones de vida sea estas animales, vegetales o minerales, es el equilibrio nuevo a crear de manera holística y “panteísta” si queremos establecer un prototipo viable de salud ecológica en nuestros paradigmas de civilización sostenible.

En la antigua Grecia nada se sabía de virus y bacterias, pero ya reconocían que la personalidad y sus características, desempeñan un rol fundamental en los orígenes de la enfermedad. Concluyo que en la antigüedad, ya se relacionaba a la enfermedad no solo con el “vector externo” como lo ha promocionado el modelo Pasteriano , sino también con los “humores internos” del paciente.

Galeno, una figura gigantesca del mundo antiguo, ya observó la existencia de un vínculo muy estrecho entre la melancolía y el cáncer de mama. De este modo, en estos primeros enfoques médicos, encontramos tempranamente un criterio holístico en la consideración de la salud y la enfermedad.

Platón remarcaba que la buena educación es la que tendía con fuerza a mejorar la mente juntamente con el cuerpo. Reconocía, de alguna manera, que la salud corporal conduce a la higiene mental, pero, al mismo tiempo, que el buen estado mental predispone al buen estado corporal. Así, establecía, específicamente, que el alma "buena", por su propia excelencia, mejora al cuerpo en todo sentido.

En los tiempos actuales, desde el siglo XX, especialmente, pero también desde mucho antes -e incluso en la medicina oriental antigua-, se comienza a reconocer la necesidad de una concepción holística de la salud. En este sentido, tal vez la lección que haya que aprender de modo definitivo y cabal es que "somos básicamente lo que pensamos".

La concepción psicosomática nos obliga a atender nuestra interioridad como causa posible de perturbaciones del cuerpo. Esto es reconocido unánimemente por la clínica occidental, que ve que en los consultorios un altísimo porcentaje de consultas responde a distorsiones de la mente o de la personalidad, en sentido amplio.

Este nuevo enfoque no es dualista a la manera
cartesiana. Concibe al hombre como una unidad, en la que con mucha frecuencia anidan los poderes curativos, que estimulados, ayudan a resolver los problemas somáticos. La filosofía médica no materialista de este modo va incrementándose en el mundo en que otrora pudo predominar la medicina convencional.

Según el reporte de Lalonde, del año 1974 realizado en Canadá, sugiere que existen cuatro determinantes generales que influyen en la salud, a los cuales llamó, “biología humana”, “ambiente”, “Forma de vida” y la “organización del cuidado de la salud" Una Nueva perspectiva de la salud de los canadienses] De esta manera, la salud es mantenida por la ciencia y la práctica de medicina, pero también por esfuerzo propio. Fitness, una dieta saludable, manejar el estrés, el dejar de fumar y de abusar de otras sustancias nocivas entre otras medidas son pasos para mejorar la salud de alguien. Por otra parte, el estilo de vida es el conjunto de comportamientos o aptitudes que desarrollan las personas, es decir, pueden ser saludables o nocivas para la salud y además podemos encontrar que es la causa de las enfermedades dentro del factor huésped.

- Biología humana

Es el estudio de la vida del ser humano o la información genética que cada individuo trae en sus genes, puede proteger o favorecer la aparición de enfermedades.

- Ambiente

Son todos aquellos factores que provienen del exterior y sobre los cuales el ser humano "no tiene control". Esta definición de Lalonde marca un hito en la percepción de la salud. El autor incluye el ambiente como determinante de salud humana, a pesar que se remite al paradigma de un factor completamente externo, sobre el cual el ser humano no tiene control alguno. No puede existir una idea más carente de realidad que esta. El ambiente está en contigüidad relacional con las sociedades humanas y sufre cada una de sus evoluciones tecnológicas, desde la polución hasta las modificaciones de relieve de la dinámica espacial, por ejemplo en el aplanamiento geográfico que la tierra ha sufrido en aras de la agricultura o la urbanización. Salud ecológica implica el equilibrio simbiótico entre ser humano y ambiente, sin el cual la salud particular humana carece de sentido.

Un informe, publicado el 4 de marzo de 2008 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), advierte que "la contaminación del aire va a tener efectos crecientes sobre la salud a nivel mundial"; y si no se hace nada para remediarlo -como ha venido sucediendo hasta ahora-, advierte, en 2030 "el número de fallecimientos prematuros relacionados con el ozono troposférico se multiplicará por cuatro."

- Ambiente doméstico

Según Lalonde son todos aquellos factores que provienen del exterior y sobre los cuales el ser humano sí tiene control. Los productos químicos domésticos alteran gravemente el ambiente doméstico y pasan a las personas a través de los alimentos a los cuales contaminan fácilmente por estar almacenados en los mismos habitáculos durante periodos de tiempo. Este concepto tiene el limitante que la contaminación ambiental escapa a las fábricas y hogares, invadiendo el medio ambiente global. No es posible limitar la contaminación química o radiactiva en sectores.

- Forma de vida

Es la suma de decisiones por parte de los individuos que afectan a su salud de una u otra manera.

- Organización del cuidado de la Salud

Consiste en la cantidad, calidad y arreglo en la provisión de cuidados de la salud.

Promoción de la Salud

El proceso que permite fortalecer los conocimientos, aptitudes y actitudes de las personas para participar corresponsablemente en el cuidado de su salud y para optar por estilos de vida saludables, facilitando el logro y conservación de un adecuado estado de salud individual, familiar y colectivo mediante actividades de participación social, comunicación educativa y educación para la salud.

Desde tiempos remotos como lo marca la historia el proceso salud enfermedad ha sufrido una serie de transiciones a medida que el hombre lo ha concebido dentro de su entorno, en la era paleolítica la concepción fue mágica, donde todo lo atribuían a lo sobrenatural siendo los actores principales los brujos o shamanes, tiempo de después en Grecia surge lo natural siendo la salud una necesidad para los seres vivos acercándose un poquito a los métodos actuales como lo son el clínico, epidemiológico y ambiental; desde la antigüedad clásica surge la concepción de lo ideal o utópico difícil de medir, y de existir donde los métodos fueron básicamente la elaboración de modelos de salud inalcanzables; posterior y desde los orígenes a la presente medicina emerge la somático fisiológica, acercándose al concepto de salud como ausencia de enfermedad los métodos empleados son la exploración del cuerpo, exámenes de signos y síntomas, y análisis varios. A inicios del siglo xviii surge la concepción psicológica atribuyéndose a la salud como lo que no es del cuerpo tangible utilizando como métodos la exploración psiquiatrita individual, el psicoanálisis, y técnica de grupo.



La concepción Sanitaria retoma la salud como un estado positivo y colectivo. Estudiando la transmisión social de la enfermedad, basándose en la prevención, su historia se desprende de medidas profilácticas desde la antigüedad y desarrollándose en el método científico a partir del siglo 19 cuyas disciplinas son la medicina preventiva y social, sanidad y salud pública, utilizando métodos de trabajo como encuesta sanitaria a la población y su ambiente, realizando programas de salud basados en la epidemiología, otorgando educación sanitaria a través del fortalecimiento de la prevención individual.



Para las concepciones Economista y económico social existe cierto parecido porque su nota característica es ver a la salud como condicionante de la productividad del factor humano. Midiendo el precio de la salud y costo de la enfermedad, la primera aparece a mediados del siglo XX en países de industrialización y la otra después de la segunda guerra mundial, utilizando métodos de trabajo como el análisis de costos de la enfermedad y de alternativas para las inversiones sanitarias a través de investigaciones científicas de la salud: epidemiológica, del método estadístico, antropológico, Sociológico, Económico político, Economía de la salud, demográfico y psicológico. La última concepción denominada político legal, cuya nota característica es la salud como derecho y obligación universal teniendo reconocimiento legal y participación estatal basándose en los derechos del hombre, la cual nace desde las revoluciones políticas a los sistemas de seguros sociales y de seguridad social; cuyas disciplinas son los derechos fundamentales, de la seguridad social a la asistencia sanitaria, utilizando métodos de trabajo basados en la misma legislación de la seguridad social derivados de programas políticos. Esta concepción es universalista y se confronta a tradición e identidad cultural de los pueblos, como en el caso Masai en relación a la mutilación genital en los infantes (Winterbottom, A. 2009). En otros casos la visión de la caridad social religiosa en salud frente a la visión científica (Forrestal, A. 2008).

Abordemos ahora un análisis de lo que es la ecología y sus aportes a la visión de la salud:

La Ecología ha alcanzado enorme trascendencia en los últimos años. El creciente interés del hombre por el ambiente en el que vive se debe fundamentalmente a la toma de consciencia sobre los problemas que afectan a nuestro planeta y exigen una pronta solución. Los seres vivos están en permanente contacto entre sí y con el ambiente físico en el que viven. La ecología analiza cómo, cada elemento de un ecosistema afecta los demás componentes y cómo es afectado. Es una ciencia de síntesis, pues para comprender la compleja trama de relaciones que existen en un ecosistema toma conocimientos de botánica, zoología, fisiología, genética y otras disciplinas como la física, la química y la geología.

En 1869, el biólogo alemán Ernst Haeckel acuñó el término ecología, remitiéndose al origen griego de la palabra (oikos, casa; logos, ciencia, estudio, tratado). Según entendía Haeckel, la ecología debía encarar el estudio de una especie en sus relaciones biológicas con el medio ambiente. Otros científicos se ocuparon posteriormente del medio en que vive cada especie y de sus relaciones simbióticas y antagónicas con otras. Hacia 1925, August Thienemann, Charles Elton y otros impulsaron la ecología de las comunidades. Trabajaron con conceptos como el de cadena alimentaria, o el de pirámide de especies, en la que el número de individuos disminuye progresivamente desde la base hasta la cúspide, desde las plantas hasta los animales herbívoros y los carnívoros. Ni los problemas que trata la ecología son nuevos ni la ecología es sólo una moda pasajera. Ya en el período Neolítico, diez mil años atrás, los hombres talaban bosques para obtener madera y abrir claros donde sembrar los granos de los que se alimentaban. Así resultaron alterados los ecosistemas en los que esas comunidades vivían. En Grecia, Platón dejó testimonio escrito de la deforestación de ciertas montañas del Ática, que habían quedado como "el esqueleto de un cuerpo enflaquecido por la enfermedad". El agua, observaba el filósofo, "no se perdía entonces como ocurre hoy, discurriendo sobre el terreno desnudo".

Desde luego, el problema no afectó sólo a la Antigüedad: a lo largo de la historia diversas áreas terrestres se vieron modificadas por la acción del hombre. Por ejemplo, a partir de la década del '50 la agricultura experimentó un crecimiento favorecido por los adelantos en ingeniería genética de semillas y desarrollo de agroquímicos. Esta intensificación del uso de las tierras ocasionó la degradación de las mismas y la necesidad de explotar nuevas áreas. Cuando la actividad humana carece de controles y reglamentaciones, pueden producirse grandes catástrofes. Los derrames de petróleo provocan la muerte de numerosos organismos, alterando el equilibrio ecológico.

La Tierra afronta serio peligro de contaminación y muerte de especies vegetales y animales, y también de los suelos, la atmósfera, los ríos y los mares, que sustentan la vida.

Conscientes de la gravedad de la situación, los países miembro de las Naciones Unidas se reunieron en 1992, en la Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo conocida como la Cumbre de Río de Janeiro. Allí, gobernantes, científicos y periodistas de todo el mundo, informaron y alertaron sobre los problemas del desarrollo industrial y tecnológico.

El conocimiento de la naturaleza y de los cuidados que ella requiere deberían ser temas primordiales en los procesos educativos actuales. El sistema educativo, precisamente, debe proveer hoy información sobre ecología a todos los niveles: desde el cuidado de un animalito doméstico, pasando por las charlas cotidianas de los maestros o el trabajo en huertas escolares en los niveles primario y medio, hasta las especializaciones terciarias y la concientización de los profesionales de otras áreas en institutos y universidades. La falta de cuidados por parte del hombre hacia otros seres vivos pone en peligro de extinción a muchas especies, el oso panda, algunos batracios, las focas del ártico o las ballenas de los mares del sur son algunas de ellas y también la propia supervivencia del ser humano, Brown decía que una vez que desaparezca el ultimo árbol, la siguiente especie en desaparecer seria el humano.

Los objetivos de este texto, se basan en la toma de conciencia del rol vital en la supervivencia de los seres humanos que tiene la naturaleza del planeta, pero sobre todo, la revisión de la escala de valores en relación a todos los seres vivos. Solo nuestro antropocentrismo nos permite creer que valemos más que una planta o un animal vivo. La vida y sus múltiples expresiones vegetales y animales como centro de las relaciones de equidad ecológica y al mismo tiempo de supervivencia de las especies, entre las cuales nos incluimos, pero sin sobrevalorarla.

Dos aspectos han sido abordados con interés en cuanto a la relación que las actividades del ser humano tienen sobre el medio ambiente del planeta:

- Impactos deletéreos de la contaminación sobre el planeta

- Perspectiva todavía desconocida del efecto a largo plazo de las múltiples interacciones entre polución, mezcla de productos químicos y biológicos y cadena evolutiva de los seres vivos.

Este último aspecto, es bastante innovador en tanto perspectiva, porque nos permite percibir la importancia de lo que no conocemos. Una gran cantidad de fenómenos existentes hoy en día, los conocemos solo desde el punto de vista de un primer impacto, como cuando se juega al billar y observamos el primer impacto directo de una bola sobre otra, pero desconocemos con certitud, a pesar de los modelos matemáticos o lógicos que podemos desarrollar, exactamente qué va a pasar con la “carambola”. Llamaría “efecto carambola” a estas múltiples secuencia de eventos que se están produciendo a partir de una primera mezcla de elementos, sustancias químicas con agua marina o genes de una especie con otra, etc. Desorientación puede ser una primera reacción que tengamos en tanto humanos, frente a la toti potencialidad de eventualidades que la mezcla de tantos factores juntos pueden ocasionar. Esta respuesta es positiva, si logramos orientarla hacia una posición menos especulativa y más prudente en nuestra relación con la vida, sobre todo con una visión de responsabilidad a futuro de cada acto considerado en el presente.

II. Necesidad de un nuevo Modelo vinculante: Salud ecológica

Las políticas de Estado tienen un efecto determinante sobre la preservación de la salud de la población. Sus referentes culturales se suman en tanto determinante clave de la respuesta que la población genera frente al Estado y a sus servicios de salud, sin contar con sus propias influencias en cuanto a las conductas de grupo, que pueden ser valoradas como promocionadoras de la salud grupal e individual o viceversa (Kulturkampf, 2004). Actualmente uno de los procesos integradores más importantes en cuanto a política de salud, población y cultura, es el que se desarrolla en Ecuador. A continuación algunos aspectos de su evolución:

La Reforma Estructural de la Salud en Ecuador tiene por finalidad el logro de la equidad en la cobertura y el acceso a los servicios de salud a fin de alcanzar cobertura universal en salud para todos los ecuatorianos y ecuatorianas; y la eficiencia en la orientación y uso de los recursos financieros de origen público

Para el logro de este fin ético y político se requiere de tres premisas básicas: un acuerdo político de la sociedad ecuatoriana en su conjunto sobre las prioridades en salud, aplicar un modelo de atención integral y la adecuada organización de las instituciones responsables del financiamiento y prestación de servicios de salud.

Sin embargo estas reformas en salud tienen un nexo íntimo con la cultura, y la reflexión de cómo la cultura contribuye a exacerbar las fallas del sistema administrativo, debido a la corrupción generalizada (Jurkiewicz, C. 2007). Frente a esta coyuntura, diversos autores remarcan la influencia de la religión en la administración pública. S. Covey relaciona por ejemplo, la gerencia con la espiritualidad, creando una visión de proyecto de vida en las actividades administrativas (King, S. 2007).

Retomando el caso ecuatoriano, este proceso, integrativo propone un nuevo modelo vinculante entre política, salud y cultura. Basándose en un proceso de democratización comunitaria con amplia participación y aun con perspectivas de consensos decisionales. Esta perspectiva permite mejorar la sinergia entre sector técnico y usuarios de los servicios, a más de profundizar la concepción preventiva de la salud.

Existen en paralelo efectos colaterales de estos procesos sociales alrededor de la salud, tal es el caso de la gratuidad. En contextos de urgencia como en Haití luego del terremoto, la gratuidad otorgada a los servicios por la cooperación internacional es criticada por los sectores privados. Esto demuestra en la realidad actual la profunda complejidad de los modelos vinculativos, y de la incidencia que la economía, la política, y la cultura tienen en tanto determinantes complejos de la salud de los pueblos. De igual manera, los hábitos culturales de las poblaciones musulmanas migrantes en Europa, producen malestar en el medio de acogida, debido a aspectos íntimamente relacionados con la salud como las mutilaciones genitales (Scroggins, D. 2005). Aspectos geográficos inciden sobre la manera de comportarse y sobre el estado de salud, así la influencia del medio árido en el norte de Brasil que facilita enfermedades ligadas al factor hídrico (Cavalcanti, I. 2005). Las migraciones también afectan el aspecto cultural y sanitario, a veces inclusive es un aspecto soslayado, como la creciente importancia de los hispanos y sus aportes en los negocios, salud, educación y política en los EU (Lehrman, S. 2005). He allí la importancia de experiencias como la comunicación a través de la radio en Canadá, invitando al público a expresarse sobre temas como la cultura, tensiones raciales, sociedad y salud (Mackenzie, C. 2005).

La relación entre poder, cultura y política es sustentada en la actualidad como el fin de la era del excepcionalísimo americano. Los cambios generados en sociedades enteras estaban basados en el poder disuasivo del ejército, con la pretensión del control de la guerra. Actualmente las sociedades reconocen que la guerra no es un juego. Un llamado a la humanidad se realiza en la contraposición entre la cultura de la libertad vs la cultura del consumo (Gentille, G. 2009).

Ante este panorama, cuál es el margen de decisión del gobierno a través las políticas de estado y la población para incidir positivamente en la calidad de vida del creciente grupo de población con distintos niveles de pobreza? Alvarez-Dardet menciona el nuevo fenómeno de la "doble pobreza", de los pobres en dinero y en comunidad, lo cual implica que cada vez les sea más difícil obtener bienes y servicios a través de sus lazos de apoyo mutuo dentro de sus comunidades y a la vez está produciendo situaciones económicas extremas en las familias, como el masivo abandono de niños en las ciudades de Latinoamérica, así como migraciones masivas a ciudades y a otros países, ante lo cual sugiere la "domesticación de la globalización" mediante estas estrategias: La preservación del medio ambiente, el reforzamiento de las comunidades, considerar a las personas más importantes que el dinero, generar políticas redistributivas y democratizar el sector financiero de la economía. Por su parte los Estados contemplan las políticas sociales relativas al bienestar de la población en el Plan Nacional de Desarrollo, sin embargo éste ha sido rebasado por los determinantes mencionados de la economía internacional.

Javier Pérez de Cuéllar, antiguo Secretario General de las Naciones Unidas, considera que en un contexto global es urgente una ética global con una perspectiva cultural global que podría estar basada en:

a) los derechos y las responsabilidades humanas; b) la democracia y los elementos de la sociedad civil; c) la protección de las minorías; d) el compromiso de la resolución pacífica de los conflictos con una negociación leal y e) la equidad dentro y entre las generaciones (en Servaes, s/f). Para los gobiernos cumplir con estas propuestas tiene distintas dificultades, siéndole más difícil instrumentar aquellas que tienen que ver con los derechos y la equidad de su propia población que las relacionadas con el exterior. Dentro de los factores que limitan las políticas de desarrollo social tenemos las recomendaciones y condicionantes de los organismos internacionales que han financiado las políticas de desarrollo (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional), el deterioro de nuestra economía y su dependencia de los eventos negativos de la economía mundial. Tal es el caso del derecho a la salud, que aunque es una de nuestras necesidades prioritarias, es actualmente difícil de sostener: todo indica que algunos ciudadanos podrán acceder a la tecnología de punta que proporciona la medicina globalizada y otros, las "grandes minorías", seguirán siendo amparados por programas como los de atención primaria a la salud. Este último constituirá una de las estrategias de atención a la salud de mayor importancia, debido al actual crecimiento de la población desempleada a raíz de la modernización tecnológica de las empresas transnacionales en nuestro país y de la reciente desaceleración de la economía estadounidense.

Por otro lado, Pérez de Cuéllar considera que el desarrollo no debe estar divorciado del contexto humano y cultural, que la cultura no puede ser secundaria al crecimiento económico, que el principio básico debe ser "la promoción del respeto por todas las culturas cuyos valores sean tolerantes hacia los de las demás" (Pérez de Cuellar, 1995). Lo anterior significa que la identificación de las necesidades sociales y de las estrategias para resolverlas está determinada en el ámbito individual y que los gobiernos interesados en el bienestar social deben considerar en primer lugar los aspectos culturales y subjetivos de la población, así como su proceso de transición hacia marcos de interpretación más globales y su capacidad real para resolver sus necesidades esenciales. Se plantea como inevitable el que los procesos de interpretación individual se dirijan tarde o temprano, a una "homogeneidad cultural" basada en los patrones de conducta de las culturas dominantes, con sus símbolos y su idioma (Vargas Aguirre). De la torre (1999) cree que los cambios sociales producen nuevas interpretaciones de la realidad con contenidos axiológicos, éticos y antropológicos (idea de hombre y sociedad, etc.) que tienden a calificar de superior a la nueva situación, dichas interpretaciones están contenidas en las teorías económicas, la sociología, filosofía y pedagogía. En el discurso político actualmente, se confronta la importancia del sistema de salud o educación frente a el matrimonio gay, a veces siendo utilizado este ultimo como una cortina para evitar discusiones de fondo (Dionne, E. 2006).

Inclusive la percepción de la salud en la currícula médica ha experimentado una serie de cambios y ha asumido retos que parecen insuperables.



Coincidimos con la idea de la globalización produce cambios en la manera de pensar, a nivel macro y micro (Palomino, 1998), global y local (Servaes), cambios a los que las políticas y las currículas educativas no pueden negarse. Los cambios más evidentes se ven en los métodos educativos, en el mayor empleo de las tecnologías de la comunicación e información a distancia, como las telecomunicaciones, cable, televisión e internet. La concepción misma de la educación está cambiando ante la avalancha de información que inunda todas las áreas del conocimiento y que se obtiene en lugares que compiten con la función tradicional del profesor y el aula, y lo hacen de modo aún más importante con los contenidos educativos. Los cambios a este nivel son entonces inevitables y hasta deseables, sin embargo, De la Torre (1999) propone la existencia de otro tipo de cambios que no son evidentes a simple vista pero que pueden identificarse en los proyectos de cambio educativo, por ejemplo: sus ideas de hombre y sociedad, el lugar social del conocimiento, de la educación superior y de los profesionales, académicos y de la burocracia universitaria; dichos cambios se corresponden con un proyecto de sociedad y de individuo y con la identificación de un tipo particular de necesidades a las que deben responder las currículas educativas. Añadiría a estas propuestas de cambio el requerimiento de la salud ecológica, aceptando la importancia de la supervivencia y respeto de todos los seres vivos en equidad.

Existen experiencias casi religiosas que poseen efectos positivos en la salud psicológica de la población, una especie de mezcla de religión, salud y servicio al otro, que conlleva el enraizamiento social del individuo y su manifestación de su misión en la vida. Situación que posee una extrapolación de sanación y salud mental gracias al servicio al otro (Far, J. 2006). Considero que estas visiones serán de gran utilidad en nuestro futuro.



Tal como una sociedad piensa e interpreta la vida, así mismo fabrica sus enfermedades. Por esta razón la salud pública, es amenazada cuando las políticas son dictadas por las ideologías, y la política se vuelve amenaza cuando esto determinada únicamente por la ciencia, sin tomar en cuenta la condición social, cultura o la economía de los pueblos (Koplan, J. 2004) (Swarth, G. 2004).

Los aspectos individuales de la salud, sean estos curativos o preventivos, están determinados por las respuestas globales de los sistemas de salud. El reconocimiento de que la salud pública debería tener prioridad sobre la política, para invertirse en las respuestas a las grande epidemias o catástrofes o mejor aún, en planes de prevención de riesgos (Burkle, F. 2006). Esfuerzos para compendiar la información y facilitar el acceso a los decidores en salud pública son realizados a varios niveles, inclusive existen consejeros de lectura para apoyar este proceso debido a la gran cantidad de información disponible (Astvaldsson, A. 2005).

La perspectiva de incluir la salud en todos sus aspectos, prevención, promoción, tratamiento como un derecho humano, es uno de los puntos más relevantes de la convergencia entre salud y política (Berkman, A. 2005). Sin menoscabar otros aspectos de instrumentalización que pueden identificarse (Aubin, B. 2005).

Luego de esta revisión de la identidad definitoria de la salud en los imaginarios científicos y culturales, podemos remarcar que el término salud sufre de un antropocentrismo flagrante. Nuestra percepción de la salud humana, empieza y termina en nosotros mismos en tanto sujeto y objeto de estudio y prevención, menoscabando la percepción que ningún ser esta aislado, y que no solo interactúa en comunidad sino también con su propio medio ambiente, en el cual es actor y miembro pasivo, es decir sujeto de cambio voluntario y receptor de influencias del medio. La salud humana requiere ser percibida como un ente profundamente ecológico, tan íntimamente interrelacionada, que no se puede separar las zoo y fito epidemias de las enfermedades humanas. Ningún factor que lesione la vida en la tierra y su biosfera carece de influencia sobre la salud del hombre. El concepto reductor de salud humana como ente separado, por consiguiente es un grave error histórico de las ciencias. Requerimos una vida con mutualismo, en la que el humano se relacione simbióticamente aportando positivamente a las otras especies y hábitat. Reconociendo que no somos la especie superior que justifique devastar las otras a nuestro supuesto beneficio.

III. Los valores equitativos: ¿sabiduría o supervivencia?


La ecología analiza la relación entre los seres vivientes y el medio ambiente en que pernoctan en relación de múltiple dependencia. En biología se percibe un equilibrio que tiene como objeto la permanencia de la vida. En las sociedades humanas, la situación es aún más compleja, puesto que la salud humana depende de la relación con la naturaleza y todo lo vivo, pero también de los condicionantes de poder y los paradigmas históricos.

La visión que planteo es la de los “valores equitativos”, es decir la equidad de valor de la vida del ser humano con la de los animales y vegetales, en tanto expresión de la vida. Equitativamente es decir proporcional a su relativa importancia en el árbol de la vida y de las escalas zoológicas.

El ser humano no ha concientizado su dependencia del medio ambiente natural, englobado en el mundo citadino de las grandes urbes. Esta tendencia ha creado la visión de control, posesión y pertenencia de la naturaleza, como si fuera su creación, sin percatarse que él mismo es la creación de la naturaleza.

La ecología ayuda al ser humano a preservar la naturaleza y ha preservarla sobre todo de sí mismo.

La ecología desde este paradigma tiene profundas implicaciones en la sociedad y se convierte en un plan político a través de las organizaciones verdes sobre todo en Europa. Manifestar el respeto a la naturaleza como proyecto político es un proceso positivo en cuanto al cambio de relación que las sociedades poseen con la naturaleza. La relación de usufructo y dominación de la era industrial se impuso a la relación religiosa que existía en las culturas antiguas (madre tierra, Pachamama, etc.). Las consecuencias a través de la polución por el consumo irresponsable (acortamiento artificial de la duración de vida de los productos industriales por objetivos economicistas) han generado graves daños al ecosistema.

Hoy en día, la ecología política es un proyecto de supervivencia, desde el punto de vista homocéntrico reduccionista y utilitarista, pero desde la visión filosófica holística, es una cuestión de respeto y de equidad con la vida, que no nos pertenece.



Considero que el usufructo de la naturaleza en la sociedad de consumo contemporánea, es producto de un paradigma filosófico subyacente muy discreto pero destacado. Sin negar la importancia de la visión economicista del rendimiento permanente en base al círculo producción – consumo. Este paradigma corresponde a la percepción del universo infinito, que es en tanto teoría filosófica acuñada en el siglo XV por Nicolás de Cusa y asentida por los descubrimientos científicos del cosmos realizados por la astronomía en los siglos posteriores.

El universo infinito es extrapolado hacia el mundo y por ende a la naturaleza biológica, apropiándose de una imagen de inextinguible fuente de recursos naturales (aire, flora, tierras, animales) que rodeaban al ser humano, centro del planeta y dirimente final de la explotación de ese infinito.

Ya en el renacimiento, Nicolás de Cusa (1401-1464) en su renovación del Platonismo escribe en “Docte ingnorance” que la toma de conciencia de la imposibilidad de comprender el infinito, permite al ser humano descubrir los límites de su saber. Valorizando la noción de infinito, el filósofo se permite presentar una serie de paradojas del infinito. Por ejemplo: las relaciones entre una esfera infinita y su centro conciben la eliminación misma de la circunferencia y el desplazamiento del centro a todo y cualquier punto. Esta valorización del infinito en lugar de la perfección según la finitud (esfera) es igualmente asumida por otros pensadores como Giordano Bruno quien sostiene la existencia de un universo infinito (L’univers infini et les mondes, 1584). Este paradigma anula el carácter primero de un centro y además axiomatiza el silogismo que un dios infinito deberá crear un mundo infinito, generando la idea de una coincidencia entre dios y el mundo, una nueva forma de panteísmo. Dios es/está en su creación.

Un segundo paradigma es el de la cadena alimenticia. A través de la biología, la humanidad ha aprendido a ver el acto de devorarse unas especies a otras, formando la pirámide alimenticia como algo natural y digno de imitarse. Si las especies carnívoras devoran a las de menos tamaño y los herbívoros viven a expensas de devorar la flora, por consiguiente, el ser humano, animal racional, pero animal al fin, tiene también derecho a devorar cuanta especie sea apetecida según su cultura y su gastronomía, incluyendo esto animales, plantas, insectos u otros. La diferencia ignorada es que la alimentación del ser humano está condicionada por su cultura, gustos y grupos sociales y económicos, no por la programación natural de sobrevida como en los animales denominados inferiores. Este paradigma se extrapola a una especie de canibalismo de la naturaleza y los seres que la habitan. Esta nueva forma de devorar se relaciona con la contaminación y polución creada en ese mundo infinito y con el derecho de asumirse en la cima de la cadena alimenticia.

Matriz de identificación de los paradigmas que han reducido la visión ecológica

Paradigmas Consecuencias sobre la visión ecológica

Del universo infinito El universo infinito es extrapolado hacia el mundo y por ende a la naturaleza biológica, apropiándose de una imagen de inextinguible fuente de recursos naturales (aire, flora, tierras, animales) que rodeaban al ser humano, centro del planeta y dirimente final de la explotación de ese infinito.

Si el universo (mundo) es infinito, sus recursos también lo son, por consiguiente, no es necesario velar por su cuidado y racionalidad



De la cadena alimenticia Si las especies carnívoras devoran a las de menos tamaño y los herbívoros viven a expensas de devorar la flora, por consiguiente, el ser humano, animal racional, pero animal al fin, tiene también derecho a devorar cuanta especie sea apetecida según su cultura y sui gastronomía, incluyendo esto animales, plantas, insectos u otros.

Esta nueva forma de devorar se relaciona con la contaminación y polución creada en ese mundo infinito y con el derecho de asumirse en la cima de la cadena alimenticia.

Situándose como un predador más (en la cima de la cadena alimenticia) el ser humano se otorga el derecho de depredar la naturaleza y su mundo sin racionalidad ni medida, expuesto aun al aspecto cultural de las modas (superficialidad y sobre consumo).


Actualmente el gran desafío del paradigma ecológico, es su capacidad de anclaje en las nuevas generaciones. A pesar del aspecto moral que implica dejar para las personas del futuro la responsabilidad de la contaminación del presente, este aspecto ha sido analizado de manera profunda por ciertos autores. La inclusión de las escuelas en el ámbito ecológico, realizado actividades de reflexión y aprendizaje sobre el aspecto ecológico son una buena experiencia (Waters, S. 2009).

Un discurso religioso ha emergido en el medio político de los Estados Unidos en referencia a la ecología, Al Gore habla de proteger la creación de Dios, refiriéndose a la naturaleza (Nelson, R. 2010). La teología y el medio ambiente se basan en la doctrina de la creación, el medio ambiente ético y diversas historias de salvación con narrativas de gracia y eco teología (Cullinan, C. 2009). Además, gracias a la comunicación digital, los media ecológicos, facilitan la convergencia cultural, modificando los procedimientos operativos de la industria de la comunicación y la opinión. Este aspecto facilita el conocimiento de las comunidades sobre el tema, y por consiguiente su capacidad de influencia sobre los decidores (Islas, O. 2009).

La convergencia entre ecología y religión se encuentra en la biblia católica, Lucas 12, donde Jesús proclama el verdadero tesoro, llamando al pueblo a regresar hacia la verdadera red de la vida, donde la conducta económica debe ser orientada hacia las personas más vulnerables, prestando un servicio social y ecológico (Myers, C. 2009). Se fundamente en frases como “la vida es más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido..”Lucas 12:23.

El efecto del paradigma ecológico sobre las comunidades genera diferentes posiciones y percepciones, como las prácticas espirituales que relacionan los arboles a la gente, y otros aspectos como el medio ambiente y el clima, inclusive las lecturas de obras literarias como las de A. Chejov, denotan esta nueva percepción de la vida y la humanidad (Quinault, R 2010).

Los estudios biológicos se incrementan, buscando el impacto de la polución sobre la vida en el planeta, así los estudios sobre el Mojave, planta que sufre el impacto reductor del cambio climático, debido a la disminución de nitrógeno disponible (Plant Life Threatened, 2010). Otras investigaciones nos muestran paradoxalmente que las aguas utilizadas para eliminar ciertas sustancias industriales, producen un incremento de la alcalinidad, en las aguas de los lagos Poppalijarvi y Kento, situación que facilita el incremento de la masa biológica de peces (Holopainen, I. 2008). Estos análisis aparentemente contradictorios nos permiten esgrimir la reflexión, sobre lo poco que conocemos en realidad sobre el impacto de nuestras sociedades sobre la naturaleza y la vida. Nassim N. Taleb en su obra “Le Cygne Noir: la puissance de l’imprévisible”, se refiere a este aspecto de manera muy profunda y filosófica: los cisnes negros son esos eventos aleatorios, altamente improbables, que inciden nuestras vidas; ellos tienen un impacto enorme, pero son casi imposibles a prever, y sin embargo a posteriori, nosotros tratamos siempre de encontrarles una explicación racional. Estos fenómenos, cambian el mundo y la vida, y nos permiten comprender con humildad que lo que no conocemos es inmensamente más grande que lo que creemos conocer, y que sin embargo tomamos decisiones que afectan grandemente a otros seres vivos y a nosotros mismos en tanto aldea humana.

Probablemente, esta toma de conciencia, aun ligera, promueve los estudios de evaluación sobre la calidad del agua de los ríos, así el método QUAL2K Wenmerblon (Alvsborg) que es un sistema de software que permite identificar la tasa de flujo de los ríos, experimento iniciado con el rio Parner (Ennet, P. 2008).

El ser humano ha forzado a las plantas y animales a servir de manera forzada al espacio mundo de la agricultura y la zoología al servicio de las sociedades humanas, tanto así que sus consecuencias son evidentes, el State Natural Heritage Center, previene que 33.000 plantas y animales están en riesgo de desaparecer, por factores ligados a la expansión y dominio humano (Tallami, D. 2009). La importancia del paradigma ecológico toma sentido, cuando hablamos de nuestra propia sobrevivencia como especie, visión utilitarista y humano centrista, sin embargo, cuando hablamos de la supervivencia de lo vivo, pasamos a una dimensión espiritual con connotaciones religiosas inclusive. La concluyente realidad sobre el factor antropogénico de la contaminación de los mares y de los seres marinos es otra evidencia de la responsabilidad inter generacional de la ecología (Harmon, S. 2009).

El análisis de la salud ecológica me ha permitido facilitar miradas diferentes, en cuanto a la historia de los pueblos y sus relaciones de poder. Por ejemplo, el pueblo Masai en Kenia, el cual antes de la colonia británica, poseía una forma de vida con profundos nexos con la naturaleza y sus cambios, lluvia, sequia, forestación; es decir una cosmovisión ecológica de la vida y del desarrollo. Con el advenimiento de la colonia, la cual impuso su concepción de propiedad privada y explotación intensiva de los recursos naturales, se creó una dicotomía, entre el estilo comunitario Masai y el sistema individualista de propiedad inglés, el cual estaba basado en una jerarquía “top – down”, generando con el pasar del tiempo, conflictos entre conservacionistas y agro productores de exportación. El sistema de vida Masai poseía mecanismos de auto regulación que permitían crear un equilibrio entre la sociedad Masai y la naturaleza, de por si precaria debido a la sequia. Desafortunadamente, la sociedad británica no reconoció en las estructuras sociales tradicionales, el sistema de gobernanza sostenible, que representaba la sociedad Masai en su tiempo. Según la autora aun el sistema de gobierno actual, post independencia, guarda fuertes rezagos de insensibilidad ante la particularidad de la sociedad Masai. En este estudio se puede percibir la inclinación a identificar las sociedades occidentales industriales con una tendencia definida a la producción y consumo, ajenas a la sostenibilidad ecológica planetaria, y a las sociedades comunitarias históricas y tradicionales con la visión ecológica (Wangui, E. 2009). A pesar de ser sociedades muy distantes geográficamente, podemos recordar que el escritor Eduardo Galeano, también definió a las sociedades autóctonas americanas del siglo XV, como los primeros ecologistas que la historia de la humanidad registra. La importancia de estas re-lecturas radican en su análisis retrospectivo, el cual nos permite evaluar nuestro pasado en tanto sociedad humana y proyectar un nuevo paradigma hacia el futuro próximo. Un nuevo arquetipo que nos obliga a plantearnos valores equitativos (reconocimiento del valor ecuánime de la vida en todas sus manifestaciones) por sabiduría o en ultimo termino, por la simple necesidad de nuestra supervivencia egoísta, en tanto especie.

IV. Epígrafe conclusivo

La identificación de los sustentos ideológicos y filosóficos del paradigma anti natural y anti ecológico que las sociedades humanas han desarrollado especialmente a partir de la revolución industrial, pero que datan desde el renacimiento, han posicionado al ser humano como el factor más deletéreo de la vida en el planeta. El desarrollo de los modelos mentales, del hombre como centro del mundo y la economía del consumo han debilitado el equilibrio de la vida.

Un hecho histórico, generalmente olvidado, que la “civilización” ha traído consigo una subvaloración de la naturaleza, identificándola únicamente como un recurso a explotar. Es solamente con el cambio climático que el paradigma ecológico comienza a tomar fuerza en el consciente de nuestras sociedades contemporáneas. Sin embargo esta reacción sigue siendo utilitarista, pues preconiza el respeto a la naturaleza por la supervivencia del humano, sin priorizar el valor de la vida manifestada en cada uno de los seres del planeta.

Un fenómeno nuevo, es el de reconocer, que conocemos mucho menos que lo que ignoramos, y que por consiguiente en relación al medio ambiente y la ecología, la prudencia y el respeto a lo vivo, debería ser una de las guías de la conducta post industrial de nuestras sociedades, tanto occidentales como orientales, teniendo en cuanto el increíble impacto que la globalización económica ha generado en todas las sociedades del planeta.

La enorme responsabilidad que conlleva la visión ecológica en las sociedades actuales, es un elemento que facilita los cambios de paradigmas, sobre todo frente a la tendencia economicista que tanto despliegue ha desarrollado en los últimos casi tres siglos. Paradoxalmente tanto la economía como la ecología estudian la casa el hábitat, la ecología desde las interrelaciones la economía desde la administración. En resumen, requerimos relaciones de mutualismo con la naturaleza, buscando favorecer a la vida por sobre todas los intereses temporales.

Finalmente, un verdadero salto cualitativo en nuestras civilizaciones, correspondería a la percepción paradigmática del valor equitativo entre todos los seres vivos, y nuestra intrínseca interrelación (Far, Jar 2006) incluyéndonos. Un día el ser humano será capaz de evaluar la importancia de la vida, no importa en qué estructura se manifieste, como un ser análogo y con valor propio que justifique derecho a la existencia?

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