sábado, 22 de enero de 2011

“Myth, identity and ritual of The Other in the global market contemporary: Why the individualism destroyed the sustainability of societies?”


Foto: Castillo, Marbella Espana. Pepe Ordonez.

“Myth, identity and ritual of The Other in the global market contemporary: Why the individualism destroyed the sustainability of societies?”

Essai for the Degree of Doctor in Cognitive Anthropology
CARLOS EFRAIN MONTUFAR
ATLANTIC INTERNATIONAL UNIVERSITY

HONOLULU, HAWAI
January 2011


MYTH, IDENTITY AND RITUAL OF “THE OTHER” IN THE GLOBAL MARKET CONTEMPORARY: WHY THE INDIVIDUALISM DESTROYED THE SUSTAINABILITY OF SOCIETIES?

I. INDICE

1. Introducción: La singularidad como fractura

La globalización como proceso humano, está facilitando sociedades interconectadas, con flujos de información en tiempos casi reales. Paradójicamente, la conectividad informacional con otras personas, no implica su reconocimiento integral como igual y semejante. A pesar de las múltiples declaraciones de Derechos Humanos, Igualdades y Equidades, la humanidad se comporta de manera diferencial y asimétrica ante todo ser denominado “otro” sin considerar contigüidad ontológica y por consiguiente, valores y derechos. He allí, la singularidad e individualidad del yo, exaltada hasta la fractura humana y social.

La distinción y la igualdad son experiencias básicas de la vida comunitaria. Podemos decir con validez, que el ser humano se distingue y diferencia de otros por su nacimiento; que todo ser nace igual y se distingue solo por su estatus social. La igualdad es una experiencia política, para diferenciarla de la igualdad ante Dios (Arendt, H 2007).

El mito y ritual del otro en la sociedad contemporánea parte de un análisis basado en conceptos y paradigmas sociales que están estructurados en el mito, el ritual y la definición de identidad humana. Estos aspectos abordan elementos cognitivos, culturales, históricos, epistemológicos, de lenguaje, religiosos, psicológicos y filosóficos.

La existencia de lo que denominamos “el otro”, nos permite identificarnos, de manera separada como “yo”. Somos capaces de auto justificarnos muchos actos, siempre y cuando sean dirigidos hacia el otro. Actitudes que no tendríamos con nosotros mismos, los realizamos con ese otro; concebido en nuestros imaginarios como extraño, externo y extranjero. Hemos creado el otro separado y ajeno; peyorado y lejano, que nos consciente el usufructo o el daño, sin remordimientos; estimulado por el estatus social de nacimiento. Anita Fabos, ofrece un rico retrato de las dificultades que los individuos enfrentan ante ciudadanía e identidad, cuando estas son estigmatizadas, en el caso de los Árabes musulmanes del Sudan del norte en el Cairo (Grandi, F 2008). El extranjero asume el prurito de “otro” en estos casos.

El mito de la identidad, nos justifica ante el extraño. Realizamos innumerables rituales para auto identificarnos y descalificar al otro. Así la nacionalidad, el regionalismo, la membrecía económica. A pesar de los humanismos, tanto el secular como el religioso que propugnan la igualdad solidaria de los seres humanos, el individualismo y separatismo predominan, permitiendo transformar al otro en cliente, competidor, rival o asociado; pero siempre percibido como el otro. Si bien, la relación del grupo por objetivos comunes refuerza la sociedad (Geertz, C 2009), igualmente separan a los miembros del grupo de los otros individuos de la sociedad y más aun fuera de ella.

Desde la biología, la diferenciación entre los seres vivos contrasta con la paradoja de un origen común. Las células procarioticas, estructuras simples unicelulares sin núcleo, agrupándose en simbiosis estarían al inicio de las células eucarioticas nucleadas que conformarían los reinos vegetales, y animales posteriormente (Margulis, L 2006). El mundo procariotico, que significa “antes del núcleo” existió desde hace 3.4 millones de años, cuando el oxigeno no existiría aun, ni las mitocondrias o citoplastos en el interior celular. Si la vida posee un origen común, la diferenciación a ultranza, no puede ser argumento definitivo para concebir en nuestro imaginario el “otro”, como totalmente extraño, opuesto y extranjero a nuestro yo. Concibo la complementariedad de la vida, una visión más prudente que el individualismo radical, mito de identidad que engendra el ritual de la guerra y el conflicto permanente. Nuestra individualidad debería promocionarse en la potencialidad de la vida que aportamos a través de nuestra creación personal. Con humildad procariotica, por nuestros orígenes comunes. El valor de nuestra identidad, estaría en la calidad del aporte a la vida de todos los seres, que podemos desarrollar en nuestra existencia, paradigma mutualista.

El mercado global existe, gracias a la idea del otro, que justifica muchas veces inmensos testamentos de ley para evitar el perjuicio “natural” que existe entre competidores. Y según la lógica comercial, solo la competencia permite crear un mejor servicio o producto. El bien en sí mismo, no contaría mucho, en todo caso estaría sujeto a la obtención de utilidades. Los productos no se justifican por su aporte al bienestar, más bien por su capacidad a generar utilidad económica. El cliente es la forma apacible y eufemística de identificar al otro, como semejante, sin embargo no vincula equitativamente en tanto ser humano en equidad de derechos. Es una relación basada en interés y por consiguiente puramente cosmética.

El individualismo nos permite identificar al otro como diferente, por consiguiente no con los mismos derechos según nuestra propia auto percepción. En la historia humana, el deseo de dominar la naturaleza se ha extendido al otro, el extraño, el vecino, el extranjero.

Ante este paradigma de fractura, la crisis energética ha permitido la reflexión ecológica, que se convierte en modelo detractor parcial y superficial, puesto que conlleva la relectura de la relación ser humano - naturaleza sin incluir el reconocimiento igualitario ni la relación entre sí mismo. La vida del medio ambiente también ha caído en esa definición de “lo otro”, por consiguiente, ha sido el blanco de expoliaciones y usufructos destructivos. Giddens habla de repensar el espacio público, reintroduciendo en criterio de mutualismo en el debate político (Giddens, A 2010), si bien es aun un enunciado tímido, nos actualiza la necesidad de realizar una relectura de la estructura de relaciones humanas.

El paradigma ecológico, nos permite reflexionar sobre la inclusión de la naturaleza con derecho a la vida. Implica cambiar la visión de sometimiento sobre la naturaleza por la convivencia con mutuo respeto por lo vivo. Esta percepción, aparentemente nueva y esperanzadora, siempre y cuando no quede reducida al utilitarismo de nuestra propia sobrevivencia, abre un nuevo enfoque, que permite visualizar el respeto hacia lo vivo.

En el presente ensayo, profundizaremos, sobre los mitos y paradigmas de construcción cultural e histórica del “otro” como sujeto humano, sus consecuencias y perspectivas; previendo el factor ecológico, como marco referencial filosófico exclusivamente.

Las reglas y hábitos convencionales de la relación de un individuo con otros, está fijado en la concepción que el individuo singular existe, con identidad y límites de contornos bien establecidos. Físicamente la piel es el límite externo. Culturalmente existe el espacio de bienestar individual, que varia hasta un metro de separación. La cercanía más próxima podría ser considerada como una invasión a la privacidad, experiencia que deja esos vacios molestos en los ascensores o en el transporte en común. El objetivo social es preservar la individualidad, en el conglomerado social. Diferenciar para identificar. El paradigma exige que el individuo este separado del o los otros de la misma especie.



La identidad del individuo está basada en sus diferencias con el otro o en las particularidades que el otro posee y que el yo no incluye. El discurso del yo diferente y exclusivo se sostiene en la identificación y maximización de las diferencias, sean estas fenotípicas o de carácter intangible como los hábitos y la manera de comportarse y devenir.



La idea fabulosa y tradicional que expresa simbólicamente la concepción del otro permite recrear el escenario imaginario suficientemente sólido de la existencia del otro como sujeto no solo diferente al yo, sino también opuesto y contradictorio. Idea de base que permite clasificarlo, apartarlo y estudiarlo. Identificado como un ser externo, nos facilita alejarnos lo suficiente, creando la ruptura epistemológica hipotética, que nos separa seudo objetivamente del sujeto de estudio. La hipótesis planteada es: ¿Existe el otro, en tanto sujeto extraño y opuesto? Es coherente la subvaloración que realizamos del ser que no lo reconocemos como yo? Qué impacto tiene la subvaloración del otro/ lo otro sobre nuestra sobrevivencia y la expresión de la vida?



Una serie de rituales son ejecutados con el objetivo inconsciente de fortalecer el alejamiento e incrementar la diferencia. Estos rituales se relacionan con aspectos culturales, pero también hábitos de consumo que establecen las clásicas diferenciaciones por estrato económico. Diferénciate de acuerdo a lo que usas y consumes. Este paradigma es utilizado por el sistema comercial que facilita de esa manera la promoción de sus productos con estrategias de mercado a altos precios.

Los otros juegan un rol capital en la construcción de nuestra personalidad. No todos los otros; aquellos que tienen importancia a nuestra opinión. Es decir a quienes nosotros otorgamos importancia; por consiguiente a quienes nosotros otorgamos el derecho de influenciarnos.



La principal justificación de la diferenciación con el otro se basa en la independencia y madurez del nuevo ser ante el tutor o padre. Situación lógica en el paradigma de crecimiento. El presente estudio no aborda el aspecto evolutivo. El marco se establece en la relación adulta de dos seres humanos exclusivamente.



Toda actitud del ser humano es resumida a la imitación. El otro existe en tanto sujeto de imitación o rechazo. Por consiguiente buscamos imitar al otro intentando solventar la separación artificial del yo y del otro.



El ser humano es capaz de hacer verdaderos milagros, si se identifica plenamente con sí mismo y con la humanidad y la vida, pleno de si, cuando elimina el distanciamiento entre él y el otro. El individualismo radical, pone en peligro el futuro de las sociedades, debido a que fomenta la expoliación de la naturaleza y del otro, reducido exclusivamente a un recurso útil para el yo.



Nuevos profesionales proponen apoyo tanto público como privado a la causa de la ecología (Moslemi, J 2009). Esta visión menos deletérea de la vida, abre brechas en el paradigma actual del usufructo absoluto. Sin embargo, predominan visiones como la de que el hombre ha alcanzado una reconstrucción conceptual del mundo que es cada vez más amplia, profunda y exacta (Trefil, J 2009). Esta percepciones tan evolucionistas, no pueden menos, que auto encerrarnos en la vieja carcasa del mundo imaginario lineal. El nuevo paradigma que requerimos para sobrevivir, se basa en el desarrollo y aprendizaje interior, en la percepción de lo “otro” como parte de nuestra propia naturaleza con diversa expresión, como Alvin Toffler definiría:

“La sociedad necesita todo tipo de habilidades que no son sólo cognitivas, son emocionales, son afectivas. No podemos montar la sociedad sobre datos. Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender." (Toffler, A 2009).

2. Las referencias del yo y del “otro” en el mercado global contemporáneo

La percepción de la realidad depende del tamiz psicológico de nuestro mirar. Cada una de nuestras acciones tiene relación directa con la imagen de la realidad que nos hemos elaborado a partir de nuestra observación. Por consiguiente somos lo que creemos haber percibido (Far, J 2006).

Si definimos que las otras personas a nuestro alrededor, son tan diferentes a nosotros y que están aisladas de nuestro yo y nuestra vida, podemos proponernos inconscientemente, que no están en el mismo nivel de valor que nosotros.

Esa es la razón por la cual nos hemos permitido expoliar la naturaleza sin remordimiento alguno. La naturaleza ha sido identificada como “lo otro”. Solo frente al eminente riesgo a la durabilidad de la vida humana los grandes imperios de la China y USA intentan reaccionar, siendo generadores de una alta proporción de emisiones contaminantes. Solo últimamente, se considera necesario relacionar las regulaciones financieras con la regulación de la contaminación (Giddens, A 2010). Tímidas propuestas sobre tecnologías de bajo consumo de carbono o transporte público son propuestas como una respuesta de oportunidad ante el cambio climático (Giddens, A 2009), pero la filosofía fundamental de considerar al planeta como “lo otro”, elemento extraño a la humanidad y por consiguiente bajo derecho de usufructo, no cambia.

De igual manera, con la identidad del yo, por oposición y antonomasia se interpreta la realidad concebida del otro en tanto ser separado y hasta opuesto, a pesar de la paradoja de sociedad con derechos igualitarios.

El nexo entre la naturaleza de esta relación yo – otro, se pone de manifiesto de manera concreta en el análisis de las justificaciones de acción, en un espacio teórico, que nos permite concretizar las expresiones de esa dicotomía relacional en las relaciones comerciales de la globalización actual. Abordando un campo con múltiples variables que enlazan aspectos de movilidad, dinámica espacial, política, economía, salud y ecología.

Este estudio, permite percibir las causas y consecuencias probables de la utilización de la percepción del otro en el mercado económico del siglo XXI, de la separación cognitiva entre ser humano y naturaleza, y entre sí mismo en tanto miembro de la especie, sus consecuencias y justificaciones, tanto en los planos filosóficos como en los paradigmas políticos de desarrollo.

La orientación del mercado económico posiciona al sujeto o grupo de individuos que producen un bien o servicio afín, como competidor u opositor. Este posicionamiento economicista, permite identificar al otro como enemigo. El sistema económico facilita la reconciliación a través del ritual del cliente, en el cual el otro se convierte en aliado y benefactor amigo del negocio. Igualmente dispone a la naturaleza como un recurso, la vida misma solo como un instrumento de producción. Solo las catástrofes naturales hacen reaccionar a los imperios como el caso del Presidente Putin en Rusia ante la ola de calor, siendo este estado el tercer productor de gases de carbono luego de China y USA (Giddens, A 2010). Sin embargo aun el enfoque es solo de supervivencia humana. Disminuir la contaminación para permitir la supervivencia del ser humano exclusivamente. Por consiguiente nuestro alineamiento no es con la vida como expresión global, sino exclusivamente por la supervivencia de una especie entre miles: la nuestra.

3. De cómo el imaginario del otro, nos permite beneficiar al yo sin remordimientos

La separación ilusoria hacia el otro, nos facilita infligir acciones que no nos beneficiaríamos a nosotros mismos. Existen autores que manifiestan sin embargo, la posible violencia engendrada por un reconocimiento semejante:

“ Le monde de la violence réciproque est un monde d’incessants effets de miroir dans lequel les adversaires deviennent des doubles l’un de l’autre et perdent leur identité individuelle.. ». Girard, René. La Voix méconnue du réel. Grasset, Pag 43.

El autor no toma en cuenta, que esa reacción en espejo, no es solo un problema de identidad sino y sobre todo de rechazo a sí mismo. El doble del yo, se convierte en adversario y oponente, cuando lo esencial del ser psicológico ha sido lacerado en edades tempranas. Se produce entonces un retroceso en la vida, herida de no existencia que provocaría esta reacción de oposición y auto destrucción en espejo.

Perplejo ante nuestra manera de asumir la inter relacionabilidad, y la capacidad auto deletérea de nuestras sociedades, Fritjof Capra se pregunta si nuestras organizaciones humanas están realmente vivas? (Capra, F 2006) (Capra, F 2003). Probablemente nuestro principal problema de percepción de la realidad se basa en que asumimos nuestras visiones como axiomas. Nuestro conocimiento es metafórico, esto nos permite unir conceptos y crear nuevos, el sistema conceptual metafórico hace discutible el concepto de verdad absoluta, siendo más una verdad culturalmente relativa “Por ejemplo, estructuramos el tiempo, un concepto de mayor abstracción, en función del espacio y nuestra experiencia de él, por lo que hablamos del futuro como algo que está delante, y del pasado como algo que se encuentra detrás de nosotros” (Lakoff, G 2003).

4. Conclusiones y Resultados

En este capítulo final, esbozaremos las conclusiones de las hipótesis establecidas y la propuesta de un nuevo paradigma que se abre sobre la racionalización del yo y del otro, en tanto expresiones de vida de una misma especie. Parafraseando a Fritjof Capra, el nuevo paradigma integral para explicar la vida, incluye: cuerpo, espíritu, mente y conciencia. Desde sus inicios la vida contó con una selección inteligente “self-generating network of metabolic processes”, textualmente. Por consiguiente el azar no es explicativo, y más bien las mutaciones, la fabricación de genes y la simbiogénesis explicarían la evolución y supervivencia de la vida (Capra, F 2006). Esta inteligencia permite la plenitud relacional entre el ser humano y el cosmos, por consiguiente, la intima relación entre el individuo y su otredad. Negarlo, exaltando la diferencia, solo puede acarrear como consecuencia la debilidad de la vida, en tanto red global construida por todos los seres vivos.

En la globalización económica y otras globalizaciones

El fenómeno de estar frecuentemente en un acontecimiento, nos hace aprender a reaccionar de una manera determinada. Esto promueve que nuestra razón y sentimiento no sigan prestando atención activa a dicho acontecimiento. Sin embargo son los asuntos más corrientes y elementales, los que revelan una naturaleza desconocida aun por nuestra conciencia, según nos afirmaba Rudolf Arhheim.

Confiamos más en el hábito, que en nuestra propia capacidad de observación. Y en este devenir de hábitos, desconocemos al otro en tanto individuo de valor simétrico al nuestro y como continuidad de nuestro propio espíritu universal.

La intencionalidad toma forma por consiguiente en este ensayo, cuando buscamos develar la existencia de nexos que están más allá de nuestros sentidos y que sin embargo ejercen su poder sobre nosotros. Iluminar la oscuridad, sin pretender eliminar las sombras. Iluminar nuestra intima relación entre humanos, a tal punto que lleguemos a comprender, que lo que le hagamos al otro, nos lo hacemos a nosotros mismos.

Esta es una intuición, que no ha sido aun reconocida como parte fundamental del conocimiento. La intuición de una mirada que transforma. Desde Platón y Aristóteles con su discusión sobre el origen innato o adquirido de las ideas, cuando lo trascendente es que todos somos parte de la misma realidad en diferentes manifestaciones. Por consiguiente todo es innato a la vida y todo es adquirido igualmente en cada renovación de nuevo ser. Es San Agustín quien mas allá de Sócrates, Platón y Aristóteles, quienes se ubicaban en el exterior del ser; se focaliza en la contemplación de las ideas; se dedica a los pliegues y laberintos de la conciencia ella misma (Saint Agustín, 2008). Georges Corm manifiesta que nuevos conceptos, sofisticados pero vacios, como transparencia, responsabilizarían, desarrollo durable, partenariado económico, lucha contra la pobreza, son promocionados por instituciones internacionales, pero sin tocar el verdadero fondo: las situaciones de explotación (Corm, G 2009). Concibo la explotación entre seres humanos, como la evidencia tangible, de la marginación que el yo realiza al otro. Peor aún, cuando violencia a gran escala es desarrollada. La historia nos testimonia de acciones deletéreas cometidas ante el otro, denominado enemigo, bajo la justificación de defender ideales personales o de sociedad, tal es el caso de la política humanitaria imperial (Chomsky, N 2008). Estos escenarios existen, debido a la falta de interiorización de nuestras vidas y relaciones.

Puedo percibir que el sistema de regulación social, es anti entrópico, pues no garantiza el equilibrio ni la equidad. Equilibrio implica justeza y durabilidad, pues son los extremos, los que generan caos. La naturaleza nos enseña por consiguiente la importancia del equilibrio. Algunos textos que analizan la biología y las ciencias de la información, refieren sobre el origen del orden principal, como un principio de auto organización en sistemas complejos en interacción. Inteligentes y que viven en constante adaptación conductual, llamados “emergencia”. (Morowitz, J.H 2005). Considero que este reconocimiento nos ayuda a realizar una relectura de nuestros principios de orden social y relacional. Pensadores japoneses, en el área de la gerencia manifiestan la importancia de la información y su transmisión. La única fuente duradera de ventaja competitiva es el conocimiento (Nonaka, I 2007), desde una perspectiva competitiva. Sin embargo, a pesar que su objetivo sea distinto al de esta obra, existe un gran valor en la identificación de la importancia de la información. Sobre todo de la dinámica entre información tacita y explicita. El mundo no está compuesto por fuerzas separadas y desconocidas, somos sistema y requerimos una metanoia, un cambio mental de perspectiva para saberlo (Senge, P 2008).

La globalización en tanto conectividad de información, nos avisa de manera aun primitiva, el advenimiento de la toma de conciencia, de que somos un todo con la naturaleza y el otro. Que no existen más límites que nuestras propias barreras culturales y mentales. Que la globalización económica, es solo un primer paso, aun tembloroso, dubitativo y muchas veces erróneo por parcial, hacia el reconocimiento de la conectividad global de la vida, en la cual nos incluimos con humildad.

Existen varias globalizaciones, y han existido en la historia humana, simplemente no han sido identificadas como tales. La expansión del Cristianismo, autodenominada universal a través del concepto catolicismo es una ejemplo de ello. De igual manera la ciencia, no ha estado exenta de valores, y no es, como se autoproclama objetiva. Una serie de intereses comandan el conocimiento, despolitizando a través de la técnica y la burocracia. La ciencia es un instrumento de dominación, mas no de emancipación (Habermans, J 2008). Por consiguiente la ciencia occidental podría considerarse como un proceso globalizante, universalizador, que parafraseando a Habermans, obedece a posiciones y valores que perjudicarían en ciertos aspectos, a la libertad e igualdad de las sociedades humanas. Max Horkheimer también miembro de la Escuela de Frankfurt sostiene que toda doctrina se inscribe en un contexto social y político determinado, que la evolución no conduce inevitablemente hacia el progreso y la revolución y que el racionalismo moderno va en detrimento de la libertad individual, debido a sus excesos en lo irracional (Habermans, 2008).

La próxima gran revolución, si de grandes cambios nos referimos, deberá ser de conciencia global, de identidad general, de respeto holístico, de ecología universal, comenzando con la paradoja, de que el otro o lo otro, soy yo mismo, y que el todo depende tan solo de la percepción.

En la singularidad del yo y la historia humana

La imposición del paradigma de la singularidad del yo en la historia humana, impelen a la corroboración de una hiper valoración de lo singular sobre la pluralidad de la vida. Por consiguiente nuestras acciones y relaciones, estarán cargadas de un prejuicio básico, el de asimetría de valor. Además, nos estaremos privando de la visión de grupo humano, pues admitiremos en el fondo, que no poseemos ninguna relación evidente con el otro. Aseveraremos con nuestras acciones que somos seres aislados y que por consiguiente nuestras acciones son también verticales, rectilíneas sin efectos colaterales ni en red.

La repercusión que este paradigma posee en los negocios y la vida comercial cotidiana en el mundo entero es abismal. La desconfianza generalizada en el otro, que ha llevado a ingentes sistemas legales de protección, están justamente basadas en la asimetría entre el yo y el otro. Podemos percibir las consecuencias de este paradigma no solo entre los seres humanos sino también sobre la naturaleza, la cual es percibida igualmente como un ser extraño y de menor valor que el yo humano.

En el caso del conflicto Palestino – Israelita, la percepción del otro como adversario es remarcable. Mientras por un lado, el islam es percibido como incapaz de adoptar los valores occidentales, para los otros Occidente es portador de una voluntad de dominación universal, a la cual se debe resistir (Maalouf, A 2009). A mi manera de ver, la clave del conflicto está en la incapacidad de verse en el otro como a sí mismo. Quedan frases celebres como la del prominente hombre de estado británico Lloyd George quien felicitó a su gobierno de haberse permitido guardar el derecho de bombardear los negros (Chomsky, Noam 2004). Estos actos históricos guardan testimonio de cómo actos de extrema brutalidad han hallado justificación, porque eran ejecutados sobre “otros”. Sin embargo, diversos autores de medio oriente como Maalouf y Khalil Gibran con su pluralismo fecundo nos evocan la importancia de reconocer en occidente su origen a partir del mestizaje de culturas (Maalouf A 2009). Es paradójico que sean intelectuales del tan desvirtuado medio oriente, quienes nos recuerden la cordura del pluralismo, tal vez emulando a los sabios de los antiguos califatos, en las cruzadas de la edad media.

En la crisis de desempleo actual, la visión excluyente del otro se manifiesta en el fenómeno que mas allá de la explotación del hombre por el hombre, ante la realidad de de ser mas explotables, las masas humanas son tenidas como superfluas, de la explotación a la exclusión y de la exclusión a la eliminación (Forrester, Viviane, 1996).

El imaginario del otro, permite situaciones tan ambiguas, como el hecho de permanecer tres décadas en Francia sin ser reconocido como ciudadano con todos los derechos políticos (Cortázar, Julio 2009); o la constatación que la tercera revolución mundial, no ha sido una fuerza homogeneizante a la humanidad, sino lo contrario (Geertz, C 2005). A mas de los múltiples conflictos de origen étnico (Geertz, C 2002).

Hannah Arendt explica sobre la base de la filosofía, la importante relación con sí mismo, que facilita la relación con el otro:

“What Socrates was driving at (and what Aristotle's theory of friendship explains more fully) is that living together with others begins with living together with oneself. Socrates' teaching meant: only he who knows how to live with himself is fit to live with others. The self is the only person from whom I cannot depart, whom I cannot leave, with whom I am welded together. Therefore "it is much better to be in disagreement with the whole world than being one to be in disagreement with myself." (Arendt, H 2004).

En las palabras bíblicas, no es bueno para el hombre vivir solo. Pero para vivir acompañando se requiere primero comprenderse a si mismo.

Existen experiencias positivas donde la interacción cultural, evitando la adopción de posiciones dominantes, remodelando identidades como en China (Rogaski, Ruth 2010). Sin embargo es el conflicto no resuelto, que lleva a la violencia, el resultado más común del “encuentro” de culturas. Sostengo, que percibirnos en el otro, demanda un gran ejercicio de sentido común:

“When we say someone shows common sense we mean to suggest not that he is using his eyes and ears, but that he is using them judiciously, intelligently, perceptively, reflectively, and that he is capable of effectively coping with everyday problems in an everyday way. When we say he lacks common sense we mean not that he is stupid but that he does not grasp the everyday problems life throws up for him” (Geertz, C 2009).

A mi parecer, la percepción del ser humano como un todo; con un inicio y un fin determinado; diseca la visión de ser un eslabón de continuación en la expresión de la vida. Lo separa de la fuente original, aislándolo, haciéndolo percibirse como extranjero a todo el ambiente que le rodea. Y a pesar que según K. Marx la violencia es la partera de la historia, el mismo sostiene que nadie es libre si esclaviza a otro (Arendt, H 2002). Sin embargo, Jared Mason Diamond sostiene, como adagio de esperanza activa, que el destino final que sufren las sociedades depende de las decisiones que estas toman. Este autor nos recomienda evitar la sordera ante tres problemas básicos: Superpoblación (nos duplicamos cada 40 años) mientras los recursos naturales disminuyen; Envenenamiento de la atmosfera y cambios ambientales; y nuestra antigua tendencia al genocidio. Depende de nosotros en desaparecer o continuar divirtiéndonos (Diamond, J 2005), por consiguiente, la capacidad de ampliar nuestra conciencia humana con paradigmas más universales y adheridos a la vida, pueden modificar no solo el camino sino la identidad humana y su relación vital con la existencia misma. Y requerimos urgentemente esas modificaciones de paradigma, pues los mitos de identidad y los rituales para celebrar al yo y languidecer al otro, nos lanzan hacia un individualismo aislante que se manifiesta corrosivo de la posibilidad de durabilidad de la especie humana y de la expresión múltiple de la vida a través de los seres vivos en el planeta tierra.



5. BIBLIOGRAFIA

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Universidad Abierta Holistica y Dinamica

Social Management Systems, cems.


Universidad Abierta Holística y Dinámica

Unidad de estudios y dinámicas para la promoción y el apoyo a la formación del individuo con visión práctica y toti potencial, potenciando las respuestas a sus necesidades reales y específicas, en relación a su contexto y perspectivas de plan de vida.

Los seminarios se realizan por temas y su concatenación obedece al plan de vida de cada persona.

- Capitulo: “Como ser rico con poco dinero”

Módulos: finanzas, antropología, desarrollo humano, economía.

- Capitulo: “El encuentro con tu ser”

Módulos: psicología aplicada, espirito logia, antropología.