martes, 15 de diciembre de 2015

TABLA ESTADISTICA

http://dpinto.cs.buap.mx/pln/Autumn2010/tstudenttable.pdf

SOCIEDAD DE LA EVIDENCIA

SOCIEDAD DE LA EVIDENCIA


Según Demócrito, la gente cree que existe lo dulce, y cree que existe lo amargo, y cree que existe el calor, y cree que existe el frío, y cree que existe el color. Pero, en la realidad, lo único que existe son átomos y vacío.

Siglo XXI, toda actividad debe tener video, foto, firmas de asistencia, grabación; importa poco el contenido, pero es imposible olvidar las evidencias. El docente es por su micro currículo, el médico por el número de pacientes atendidos bajo testimonio de la historia clínica informática, las asistencias existen por su registro biométrico. ¿Hemos creado las sociedades tecnológicas tan solo para verificar evidencias a expensas del impacto?


El problema es que esa tendencia del absoluto de la evidencia deja fuera del ámbito mismo del discurso, lo-que-es, es decir, el contenido y la significación misma de los actos, desnaturalizando lo que decimos que queremos construir.

PHD CARLOS E. MONTUFAR

jueves, 3 de diciembre de 2015

Khadja Nin: Sambolera

LAS CIENCIAS SOCIALES: MUNDOS, METODOLOGÍAS Y RUPTURAS

LAS CIENCIAS SOCIALES: MUNDOS, METODOLOGÍAS Y RUPTURAS
Carlos E. Montúfar Salcedo
Ensayo en base a la obra “La ciencia. Su método y su filosofía” de Mario Bunge

INTRODUCCIÓN

Para Mario Bunge (1978) el ser humano en un esfuerzo por hacer más confortable al mundo natural, diseña un cuerpo de ideas   llamado ciencia; caracterizado como conocimiento racional, sistemático, exacto, verificable, y por consiguiente falible. La investigación científica lo ayudaría a reconstruir conceptualmente  su realidad.
La ciencia por consiguiente está compuesta por  conocimientos objetivos y verificables sobre una materia determinada que son obtenidos mediante la observación y la experimentación, la explicación de sus principios y causas y la formulación y verificación de hipótesis y se caracteriza, además, por la utilización de una metodología adecuada para el objeto de estudio y la sistematización de los conocimientos. Existe una clasificación de las ciencias desde el punto de vista de su objeto de estudio, es decir, ciencia ideal o formal, la cual no tiene objeto material de estudio y estaría conformada por la lógica y la matemática; finalmente las ciencias fácticas o materiales con objeto real, donde incluiríamos a las ciencias de la naturaleza y las de la cultura o sociedad humana (Bunge, 1978). Las ciencias formales tratan con entes ideales y reglas formales, teniendo una consistencia racional. Las ciencias fácticas con entes materiales, se adecuan a los hechos y posee una consistencia empírica.
Según Mario Bunge, las ciencias fácticas tienen las siguientes características:
ü  Relativas a los hechos
ü  Se basan en datos empíricos
ü  Es analítica
ü  Es especializada
ü  Es clara y precisa
ü  Es comunicable
ü  Es verificable
ü  Es sistemática
ü  Es generalista
ü  Produce elementos legales
ü  Es explicativa
ü  Es predictiva
ü  Es abierta
ü  Es útil
Ganador del premio Príncipe de Asturias de Comunicación y humanidades en 1982 y profesor de la Universidad de McGill de Canadá durante cuatro décadas, Mario Bunge funge en la actualidad como uno de los principales filósofos latinoamericanos y mundiales. Profundo investigador sobre el conocimiento y el método denominado realista crítico, detractor del marxismo y psicoanálisis, con profunda visión racional y realista. Bunge se especializa en estudiar y modificar el mundo real y no en la creación de mundos imaginarios. Crítico del pragmatismo, pues no podemos perseguir la verdad y el éxito, por consiguiente el pragmatismo es falso sostiene con cierta entereza egocéntrica.
La ciencia es definida por este autor como la rebelión contra la vaguedad, superficialidad e imprecisión. Conceptualizar y definir son actos de precisión sostiene. De igual forma concluye que el secreto es un enemigo de la ciencia. El método científico no provee recetas infalibles para encontrar la verdead, solo contiene un conjunto de prescripciones falibles (perfectibles) para el planteamiento de observaciones y experimentos para la interpretación de resultados, y para el planteo de los problemas.
Una de sus contribuciones es la definición de los conceptos de tecnología, ciencia, método científico y conocimiento, estableciendo las particularidades y relaciones entre estos elementos. En una de sus entrevistas más actuales[1], Bunge interpreta al mundo natural con la colmena y al artificial con nuestras casas, estableciendo claramente el límite de las ciencias. Concomitantemente analiza la paradoja del sistema de redes informáticas, admitiendo que no producen conocimiento pero si apoya su difusión, a pesar de ser un elemento de distracción en las nuevas generaciones. A nivel educativo sostiene que el aprendizaje ha sido reemplazado por la evaluación, lo cual considera es una aberración del sistema, siendo la falta de libertad y la posibilidad de tomar decisiones una enfermedad.
El conocimiento científico se define como la facultad del ser humano para comprender por medio de la razón la naturaleza, cualidades y relaciones de las cosas aplicando su particular método. El conocimiento también puede ser formal y factico o relativo a los hechos. El conocimiento científico  formal es el resultado del proceso de investigación científica usando el método correspondiente cuyo estudio corresponde a la filosofía científica.
El método científico etimológicamente se define como camino hacia el conocimiento. Es un método de investigación usado principalmente en la producción de conocimiento en las ciencias. Para ser llamado científico, un método de investigación debe basarse en la empírica y en la medición, sujeto a los principios específicos de las pruebas de razonamiento.
El método científico posee una estructura, la cual corresponde a los siguientes elementos:
ü  Planteamiento del problema
ü  Construcción de hipótesis
ü  Elaborar predicciones
ü  Probar hipótesis
ü  Sacar conclusiones
Estas conclusiones al ser comprobadas se transforman en teoría, las cuales retroalimentan la ciencia. Las teorías son definidas como el conjunto de hipótesis que estructuran el concomimiento científico.
El método científico está sustentado por dos pilares fundamentales. El primero de ellos es la reproducibilidad, es decir, la capacidad de repetir un determinado experimento, en cualquier lugar y por cualquier persona. El segundo pilar es la refutabilidad, es decir, que toda proposición científica tiene que ser susceptible de ser falsada o refutada. Esto implica que se podrían diseñar experimentos, que en el caso de dar resultados distintos a los predichos, negarían la hipótesis puesta a prueba.
Presentada de forma estructural, la ciencia, el método científico, el conocimiento como producto y la filosofía de la ciencia o epistemología dibujan un sistema de identificación, formulación y construcción del saber escolástico de las sociedades humanas. Sistema formal y con carácter de universalidad (mundial). Sin embargo, si bien las ciencias formales (lógica y matemática) poseen esta categoría incontestable, entre las ciencias fácticas exceptuando las naturales (química, biología, etc.) la realidad es contradictoria, sujeta a la discusión y confrontación de ideas entre diversas escuelas, paradigmas y teorías; refiriéndonos a las ciencias de la sociedad y la cultura (antropología, sociología, economía, etc.).
Las denominadas ciencias sociales y de la cultura poseen esa dificultad para llegar al consenso y la denominación axiomática de sus conclusiones, aspecto diferencial con las ciencias teóricas y/o naturales.  Aquí surgen contradicciones desde la epistemología misma cuando diversos autores denuncian el epistemicidio indígena latinoamericano desde la perspectiva decolonial (Muñoz, 2014) (Infante, 2014) (Santos, 2009). Críticas dirigidas hacia la concepción de las ciencias sociales y culturales, las cuales se prestan de una cierta debilidad metodológica que las hacen propicias a las múltiples interpretaciones y al sesgo del observador participante.  Por consiguiente, ¿son las ciencias sociales y culturales un sistema científico que al abordar un objeto del imaginario humano, adolece de pluralidad de interpretaciones en relación íntima con  la fuente de observación (características de la mirada del observador)?
Esta pregunta orientadora expone dos aspectos de naturaleza definida. En primer plano existirían dos tipos de objetos científicos. Los objetos naturales reales, como ejemplo: los arboles estudiados por las ciencias biológicas, totalmente externos al observador en cuanto a su naturaleza causal, los animales, estudiados por la zoología, también periféricos del observador. En segundo plano los objetos imaginarios, es decir creados por la historia y culturas humanas. Las normas sociales, las leyes, las culturas son un ejemplo de este segundo tipo de objeto de estudio. Este segundo plano de objetos científicos tiene la paradoja de ser inventado por la historia humana y al mismo tiempo convertirse en centro de atención para el estudio científico. Es decir, que poseen una amplia intervención del humano no solo como sujeto que estudia sino también como sujeto que los ha creado. Estos fenómenos de estudio u objetos por consiguiente poseen una íntima asociación con su creador e investigador que son el mismo ser humano.
En principio no existiría contradicción en que el creador estudie su propia creación. El ser humano que se estudia a sí mismo y a sus productos culturales a través de la antropología o la sociología, son un ejemplo. No obstante existe una ruptura epistemológica en este hecho; no podemos otorgar objetividad a este tipo de estudios desde el punto de vista, que el sujeto observador parte en el análisis de su creación desde sus propios paradigmas, la contradicción surge cuando analizamos un producto humano (cultura) que ha sido generada desde paradigmas mentales y psicológicos propios, desde puntos de vista o escuelas de diversa naturaleza.
La mirada del observador juzga el fenómeno social desde su paradigma filosófico e investigativo. Situación que a primera vista parece normal desde las ciencias sociales. Empero la propia generación del fenómeno social, u objeto de estudio obedece o es producto de una particular manera de mirar el mundo, es decir de un paradigma propio.
A continuación el presente ensayo pretenderá mostrar las críticas y divergencias de los diversos mundos epistemológicos o paradigmas que analizan este espectro de las ciencias sociales y la opinión del autor (estudiante).  Razón del título de este texto, el cual hace alusión a rupturas desde el punto de vista del observador.
Valentin Yves Mudimbe (2013) profundiza esta idea con la necesidad de descolonizar el conocimiento, rechazando cualquier intento de conceptualizar a la filosofía de los pueblos del sur como primitiva y arrojando luz sobre la relación de otredad con la ciencia occidental que genera culpabilidad y auto rechazo. El valor máximo de la ciencia es la dignidad humana sostiene e incluso afirma que el punto de partida de la ciencia social es la propia subjetividad del investigador.
Aminata Traoré (2002) miembro de la red internacional de diversidad cultural y co-autora del manifiesto de Porto alegra 2005 manifiesta críticas a la percepción occidental de la realidad. Involucra aspectos prácticos como la ecología y la equidad de género, no obstante atañe su percepción al sesgo de la visión científica occidentalo - centrista en la creación de la realidad social mundial. Si bien no es exactamente un metodólogo, Yash Tandon (2011) percibe en la opinión científica dominante un sistema de imposición intelectual que produce importantes sesgos en el pensamiento mundial contemporáneo. El sistema civilizatorio mundial produce una tecnología aplicada a la guerra y el sistema epistemológico occidental es un aspecto que corrobora esta manera desigual de relacionarse las diversas culturas y sociedades.

PROCESOS DE RUPTURA

En la primera parte del ensayo se ha realizado una lectura analítica del texto base elegido para la construcción del trabajo de investigación. Este análisis inmanente de la obra de Mario Bunge ha sido complementado con un análisis de tipo contextual que incluyó datos biográficos del autor original, revisión de sus obras principales a través de bibliografías, entrevistas personales, conferencias  y videos relativos a su obra. Estudios de sus actividades docentes universitarias en McGill Canadá.
En una segunda fase se incluyeron lecturas complementarias de autores críticos al método científico y la ciencia de tipo occidental, con el objeto de enriquecer la visión analítica de la ciencia contemporánea.
En una tercera fase se consolidaron los resúmenes y teorías identificadas en el proceso investigativo con el objeto de sintetizar la posición del autor del ensayo (estudiante) especificando su percepción y conclusiones personales incluidas en el acápite discusión.
Estas conclusiones pueden ser incorporadas en el contexto de un sistema de reflexiones sobre la visión de la metodología científica de Mario Bunge. Existen varias categorías, entre las cuales se esgrime la visión intercultural en la metodología científica occidental, la cual es concebida igualmente como un producto de las culturas occidentales, lo cual no tiene como objetivo restarle fundamentos sino enmarcarla en un cuadro de lectura antropológica como creación del imaginario humano.  Un imaginario que se enfoca en la clasificación de los fenómenos como sistema de estudios. Clasificación que si bien posee una finalidad orientadora y organizadora de los fenómenos de igual manera posee un aspecto reductor y de confusión, puesto que no todos los fenómenos son posibles de dividirlos y segmentarlos, creando unas divisiones anárquicas; en un segundo aspecto debe analizarse el hecho de que las clasificaciones a más de su carácter reductor poseen el efecto de incluir en disciplinas aspectos repetitivos en ambas categorías. En el caso de las ciencias poseemos la clasificación de UNESCO la cual describe 24 campos científicos[2]. Sin embargo en la distribución del conocimiento en  las áreas y sub áreas, UNESCO reconoce 9 áreas: programas generales, educación, humanidades y artes, ciencias sociales, educación comercial y derecho, ciencias (vivas, físicas, matemáticas e informática), ingeniería de la construcción e industrial, agricultura, salud y servicios sociales y servicios. Las sub áreas de ciencias sociales y de comportamiento incluye los siguientes ciencias: economía, historia de la economía, ciencias policías, sociología, demografía, antropología, psicología, paz y conflictos, derechos humanos, etnología. Esta nomenclatura esclarece la clasificación de las ciencias en áreas bajo la óptica del tipo de metodología de investigación y sus sistemas de verificación utilizados en cada una, sin embargo su aspecto reduccionista se manifiesta en el hecho que la realidad es global. ¿Dónde podemos ubicar a la ciencia del desarrollo en este sistema, siendo su definición evidentemente inter disciplinario incluso trans-disciplinario? Es menester añadir que existen en nuestro país varias carreras reconocidas como licenciaturas en gestión social y desarrollo[3], lo que adhiere un factor practico a la presente discusión.
Las ciencias sociales poseen en la clasificación UNESCO una segmentación en relación a sus métodos, a partir de las ciencias de la vida. Estas ciencias poseen un objeto de estudio que tiene estrecha relación con el ser humano, incluso estudia los imaginarios humanos como el caso de la cultura (antropología) la conducta (psicología) o las sociedades (sociología); sus métodos están mucho las cercanos a lo cualitativo. La subjetividad de los enfoques que parten incluso de paradigmas epistemológicos específicos, que si bien guían el proceso investigativo también inducen al investigador y a la investigación a utilizar o elegir un cierto tipo de instrumento interpretativo. Obviamente no es de interés de este ensayo peyorar a las ciencias sociales y sus métodos. Aspectos muy importantes con la supervivencia de la vida están relacionados con la calidad de investigación social y su incidencia en las decisiones sociales humanas en la actualidad.
El Informe mundial sobre las ciencias sociales 2013[4] sostiene que las sociedades humanas tienen que encontrar ahora soluciones para proteger las riquezas que les prodiga la Tierra y salvaguardar la equidad social y el bienestar para todos. En la búsqueda apremiante de esas soluciones, los conocimientos de las ciencias sociales son indispensables para comprender las causas y las consecuencias de los cambios ambientales globales, y también para elaborar con conocimiento de causa soluciones más eficaces, equitativas y perdurables que permitan superar los problemas actuales y abrir paso a un futuro sostenible. Es decir, las ciencias sociales abordan el análisis de las sociedades y sus decisiones en relación con el mundo biológico natural. El ser humano como sociedad tiene la capacidad de alterar la vida, las ciencias sociales y humanísticas proveen al ser humano de la reflexión necesaria para evitar que el progreso se convierta en una especie de maquina cibernética mecanicista. La tecnología por consiguiente es el enfoque científico de problemas, no es solo ciencia aplicada. Las ciencias sociales ejercen un rol de guía directriz de la tecnología.

INTERFACE O RUPTURA DE METODOS

La ciencia vista como un sistema entre varios mundos implica la necesidad de especificar luego de su propia definición, los mundos en plural formulados en el título del ensayo. Mario Bunge (1994) clasifica a las ciencias en fácticas y formales de acuerdo al objeto de estudio. Esta clasificación posee coherencia con la naturaleza de los objetos. No obstante  entre las ciencias fácticas, Mario Bunge  incluye las ciencias biológicas y las culturales o sociales. Si analizamos bajo la óptica de los objetos de las ciencias, la cultura es también una ciencia que tiene por objeto realidades no naturales. La creación del imaginario cultural y la estructura social son invenciones de las sociedades humanas.
El ser humano tiene la capacidad de transmitir información acerca de cosas que no existen en absoluto. Hasta donde sabemos, solo los sapiens pueden hablar acerca de tipos de entidades, que nunca han visto, ni tocado ni olido (Harari, 2014).  Cuando extrapolamos esta aseveración hacia el dominio de la ciencia, podría preguntar con cierta facilidad ¿Cuáles es la entidad física que sustenta al concepto de la identidad o la cultura?
¿A la interrogante, cuáles son esos mundos? Podríamos responder, que corresponden a las ciencias biológicas y las ciencias culturales. El mundo de la cultura humana es creado por el hombre. Es decir, estudiamos de manera compleja, el entorno natural físico o biológico, real, tangible. Cuando estudiamos las ciencias naturales, la biología de los seres vivos, la estructura química y las funciones de los seres objetivos. Empero las ciencias culturales o sociales obedecen a otra realidad o a otros mundos, corroborando el título del presente ensayo. La ciencia un sistema por consiguiente que persigue sus objetivos en una interface entre varias realidades, varios contextos, y sobre todo, uno externo a la realidad humana y otro interno, que es engendrado por su propio imaginario. Tanto el uno como el otro tienen la característica que si bien el mundo natural es independiente del humano, sufre los cambios que este le infringe como especie. De manera similar, el humano con sus culturas, si bien son procesos ideales, estos tienen manifestaciones que son eminentemente reales, como las acciones humanas, la vestimenta, la alimentación, la organización de sus sociedades, la demarcación de sus espacios geográficos y citadinos. La intrincada red de relaciones entre los mundos reales e irreales por consiguiente es de difícil análisis, sin embargo su importancia es innegable.
En este contexto, surgen posiciones intelectuales con cierto antagonismo ante la firmeza académica y metodista en relación a la investigación científica, luego de conocer la visión ortodoxa del método de Mario Bunge; hallamos múltiples voces disidentes en interface o en ocasiones en franca disidencia con la naturaleza del método y sus aplicaciones. A continuación abordaremos algunas de las más connotadas:
Para Mudimbe (1994) una de las causas de la imposición de la ciencia está en la ceguera psicológica de los seres humanos que les inhibe a reconocer la verdad, existiendo siempre una subjetividad volitiva que determina la potencialidad del mirar científico. Este pensador de origen africano otorga la riqueza de su visión desde la colonialidad histórica de sus sociedades. Llega incluso aseverar que toda la estructura de la mirada occidental posee esta desviación metodológica sobre todo en las ciencias sociales, donde la mirada del observador y lo observado adoptan una cierta simbiosis que restaría objetividad al resultado de la observación. En el contexto latinoamericano existe otro pensador que sostiene una opción que posee particularidad similar con Mudimbe. Aníbal Quijano (1999), sociólogo y teórico peruano sostiene que la ciencia posee un eurocentrismo, si bien Quijano no es un metodólogo, desde la sociología nos infunde la riqueza de sus interpelaciones, las cuales poseen relevancia con la visión científica esbozada en el presente texto.
Si bien los pensadores analizados anteriormente provienen del sur; tanto como Mario Bunge, existen otros autores que son también críticos ante la visión científica occidental. Estos incluyen filósofos también de origen europeo, que probablemente le dan aún más fortaleza al análisis crítico del método científico.
Feyerabend (1986) defiende tan arduamente la idea de que la ciencia está llena de inconsistencias y anarquía, razones por las cuales afirma que sólo la crítica sustentada, la tolerancia a las inconsistencias y la absoluta libertad son las mejores herramientas para lograr que una ciencia sea realmente productiva. Así es como Feyerabend llega a la conclusión de que el éxito de una investigación no se da por la medida en la que se aplican las reglas y fórmulas generales, es más ni siquiera se conocen explícitamente el método con el que se logró. Aquí podríamos recordar a Einstein que nos dice “La imaginación es más importante que el conocimiento”
Finalmente, también de occidente, Boaventura de Sousa Santos (2009) plantea la epistemología del Sur como la búsqueda del conocimiento y de criterios de validez del conocimiento que otorguen visibilidad y credibilicen las prácticas cognitivas de los pueblos y de los grupos sociales que han sido históricamente peyorados por el colonialismo y el capitalismo globales. La primera premisa es que no habrá justicia social global sin justicia cognitiva global buscando prácticas de conocimiento que permitan intensificar la voluntad de transformación social.
No he encontrado trazado práctico que sustente esta nueva ciencia a pesar de la profundidad de sus planteamientos. No podemos negar la influencia occidental en la ciencia, pero aun no podemos sostener con fundamentos que la metodología científica es un producto cultural, negándole su capacidad de búsqueda de la verdad explicada. Más aún si la técnica y la tecnología, sus productos principales, evidencia eficacia evidente. Tal vez en testimonio a esta realidad, Mario Bunge radicaliza su óptica.
Mario Bunge (1978) heredero latinoamericano del método científico occidental descubre la naturaleza aprehendida en sus palabras de gran acierto “la ciencia es valiosa como herramienta para domar la naturaleza, y remodelar la sociedad. pág. 23”. Esta es una ciencia de la conquista más que de la búsqueda de la sabiduría como la definían los antiguos sabios griegos. La ciencia y su producto excelso, la tecnología bien puede atribuirse una cierta superioridad que le ayude a sobrevalorarse bajo el criterio de sus resultados. Si bien la tecnología no es objeto central del presente estudio, cabe mencionar esta particularidad, que favorece el riesgo de confundirla con un cierto aire dogmático.   
Las ciencias sociales y culturales nos ofrecen un ejemplo de diversidad en un mundo unidireccional y de lógica vertical. Su incapacidad para arrogarse la virtud de infalibilidad si bien propone confusión e imprecisión, también nos otorga el margen de duda que nos hace humanos, falibles y por consiguiente perfectibles. ¿Ha olvidado la ciencia occidental que entre sus pilares se encuentra la refutabilidad? La ciencia no nos otorga la verdad universal simplemente un conocimiento parcial sujeto a verificación permanente. Más aun las ciencias sociales y culturales, las cuales son una aproximación heurística a la verdad que intenta aportar claridad a la penumbra de supuestos de las sociedades humanas.
Probablemente la riqueza del método científico resida más en la multiplicidad de hipótesis y en su propia capacidad para rechazarlas que en la uni direccionalidad y escolástica metódica. De alguna manera los seres humanos debemos interponer la duda a todo sistema de ideas que propugne la existencia de alguna verdad singular, aislada y por ende sin contexto real, que intente decirnos que en algún lugar remoto existe la verdad absoluta y que es accesible solamente a través del cumplimiento exacto y metódico del proceso, tal vez más cercano al ritual que a la ciencia.

BIBLIOGRAFIA

Foto: Noroccidente de Pichincha, Ecuador.

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[3] Universidad Católica del Ecuador, Universidad de Otavalo, Universidad Politécnica de Santa Elena, UPS, Universidad Santiago de Guayaquil.