domingo, 6 de febrero de 2011

VIRTUDES TEOLOGALES Y CONCIENCIA

Estatuas del fronton de la Catedral Metropolitana de Mexico, dedicada a la Asuncion de la virgen Maria. "Virtudes teologales". Caridad (mujer con 2 ninos), Fe (mujer con la cruz), Esperanza (mujer con ancla). Escultor: Tolsa, 1571. Terminada en 1813.Fuente: @wikipedia

Cual es la relación entre Lisbeth Salander, la heroína de la obra de Stieg Larson, la conciencia y las virtudes teologales en la supervivencia de la vida sobre el planeta?
Essay of Cognitive and Evolutionary Anthropology:


VIRTUDES TEOLOGALES Y CONCIENCIA

Carlos E. Montufar Salcedo MD. MPH. Ph.D.

“C’est l’usage du langage qui détermine le genre de choses don ton admet ou non l’existence..” Théorie de l’Evidence.

Introducción

En la novela negra “Los hombres que no amaban a las mujeres”, traducción al español a partir del original sueco: “De Män som hatar kvinnor”; literalmente “Hombres que odian a las mujeres”; la violencia a la mujer se manifiesta a través del personaje de Lisbeth Salander. una hacker de 24 años, muy inteligente pero con fuertes debilidades relacionales, que la hacen proclive a lo antisocial. Su autor, Stieg Larsson caricaturiza en este personaje, a una nueva generación, incomunicada, violenta, pero con una gran capacidad para descifrar los códigos informáticos.

Si reemplazamos códigos informáticos, por la trama de la vida, podremos hacer una metáfora que nos brinde una mejor comprensión de la sociedad actual luego del creciente sentimiento de abandono y frustración de las sociedades post industriales, afloradas desde la caída del muro de Berlín, hasta las manifestaciones en Grecia, Irán, Egipto o el desencanto post Obama.

Lisbeth Salander no llega sin embargo a descifrar el desencanto de la generación que se inicia en el sistema social actual. Una generación con problemas de sociabilidad en un mundo insociable y asesino, exclusivamente sensible al poder y al dinero. Pero, al mismo tiempo una generación inteligente y con capacidad de lectura ecológica, es decir creativa y con capacidad para percibir las estrechas relaciones entre todo lo existente.

Este escenario literario, tiene anclajes profundos en las sociedades actuales. Sociedades en las cuales aparentamos depender menos de la naturaleza, permitiéndonos el usufructo ilimitado de la vida, mal descifrada como un simple recurso. O más aun con el espejismo intelectual de creer que tal como hemos segmentado la ciencia, también la realidad es segmentable (Far, Jar 2006). Este contexto ha permitido que en ocasiones lleguemos a preguntarnos, como 6 billones de personas juntas no pueden construir una vida plena (Amory, 2005). Reconociendo sin embargo que las estructuras sociales nos permiten interactuar, al mismo tiempo que son reproducidas nuestras interacciones (Giddens, A 2006).

Cuáles son las virtudes de cuales carecemos, que nos permitan la extrema lucidez consciente para alinear nuestras decisiones cotidianas con la vida de nuestra especie y las otras? O simplemente para comprender que todo lo que hagamos o dejemos de hacer tiene profunda relación con la vida del universo. Parafraseando a P. Senge: como “optimizar personas”? (2008).

Qué es la extrema lucidez consciente?

La 'conciencia' (del [idioma latín] conscientia 'conocimiento compartido', pero diferente de consciencia, ser conscientes de ello) se define en general como el conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su entorno, se refiere a la moral o bien a la recepción normal de los estímulos del interior y el exterior. "Conscientĭa" significa, literalmente, "con conocimiento" (del latín cum scientĭa). En la especie Homo sapiens, la conciencia implica varios procesos cognitivos interrelacionados.

Conciencia se refiere al saber de sí mismo, al conocimiento que el espíritu humano tiene de su propia existencia, estados o actos. Conciencia se aplica a lo ético, a los juicios sobre el bien y el mal de nuestras acciones. La conciencia en psiquiatría puede también definirse como el estado cognitivo no abstracto que permite la interactuación, interpretación y asociación con los estímulos externos, denominados realidad. La conciencia requiere del uso de los sentidos como medio de conectividad entre los estímulos externos y sus asociaciones.

El ser humano tiene conciencia sensitiva y conciencia abstracta, aun que también el pensamiento abstracto se presenta en otras especies animales, (Penrose, R 1991) así mismo se ha comprobado que algunas especies animales tiene una conciencia rudimentaria de sí mismos (Penrose, R 1996).

En conclusión comprendo que conciencia es la percepción en tres paralelismos: de la existencia mía, del entorno y la percepción que tengo de mi mismo en ese entorno, es decir, mi relación con el medio que me contiene. Si añadimos la global definición que la Teoría de Santiago realiza de lo cognitivo, resumiríamos que conciencia es igual a la vida misma (Capra, F 2003). De esta forma, el menos metodológicamente, resumiría a la conciencia de la siguiente manera:

Paralelismos de la conciencia

- De la propia existencia

- Del medio ambiente circundante

- De las relaciones entre la existencia propia y el medio

Según la teoría de Santiago, la cognición no es la representación de un mundo con existencia independiente, sino el alumbramiento de un mundo a través del proceso de vivir. La experiencia consiente no está localizada en ninguna parte especifica del cerebro, ni puede ser identificada en términos neuronales, es propiedad emergente. La experiencia podría ser producida por la formación de grupos funcionales de neuronas transitorios, estos serian a la base los estados de consciencia transitoria que un individuo puede vivir.

La conciencia no es solo algo biológico, sino también social (Arendt, H 2007), igual que el lenguaje, una comunicación simbólica. El organismo vivo alumbra un mundo estableciendo distinciones, así la interpretación juego rol vital, explicando que no existen los colores en la naturaleza, solo en la mente, como órgano creador e interpretador de la realidad externa a él.

J. Capra conceptualiza la vida como una red de procesos metabólicos auto génica, y relaciona a la vida con el soplo de aliento, o espíritu. Denomina a la célula bacteriana el antepasado universal común y explica la red bacteriana planetaria como parangón de desarrollo, identificando los patrones de relación entre estas estructuras. Los procesos metabólicos serian el soplo de vida, el espíritu, el punto común entre todos los seres vivos (Margulis, L 2003-4-5). La espiritualidad tiene en consecuencia un sentido común. Si concebimos a la conciencia como vida, siendo su elemento más identificable la interconectividad entre las diversas manifestaciones vitales, las relaciones entre los paralelismos de conciencia entre existencia propia y medio ambiente son el factor común de encuentro (Capra J 2006). Nos reencontramos con una de las definiciones etimológicas: La 'conciencia' (del [idioma latín] conscientia 'conocimiento compartido'. La conciencia como la percepción compartida de la existencia y las relaciones del sí mismo y su entorno. Sin negar la complejidad de este proceso de definición, debido a la dinámica no lineal que presenta, nos permite discernir con mayor exactitud la inmensa importancia que las relaciones de las relaciones nos plantean. El organismo vivo alumbra un mundo establecido de distinciones y relaciones (Lakoff, G 2003). La conciencia seria un fenómeno compartido, a veces temporal, y sobre todo relacional, por ende relativo. Siendo su punto común: la permanencia de la vida.

Las virtudes teologales

En la teología católica, se llaman virtudes teologales a los hábitos que Dios infunde en la inteligencia y en la voluntad del hombre para ordenar sus acciones a Dios mismo. Retornaré sobre esta definición que me sugiere abiertamente su relación con la conciencia. Tradicionalmente se cuentan tres virtudes: la Fe, la Esperanza y la Caridad. Junto a éstas, suele citarse como complemento en el ámbito de las llamadas virtudes infusas las virtudes cardinales.

Los teólogos cristianos suelen partir de algunos textos de la Sagrada Escritura para demostrar la existencia de las virtudes teologales:

El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado

Rm 5, 5

Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor

1Co 13, 13

Porque sin la fe es imposible agradar a Dios

El Magisterio de la Iglesia también ha tratado profusamente el tema. Inocencio III habla de una discusión que existía para ver si los niños al ser bautizados recibían las virtudes teologales, y Clemente V enseña como más probable el hecho de que tales virtudes teologales son infundidas a niños y adultos junto con el bautismo.

En el Concilio de Trento enseña ya claramente que el hombre recibe, junto con la gracia, los dones de fe, esperanza y caridad. Ahora bien, se ha discutido si con esto se define su existencia o no.

El Catecismo de la Iglesia católica trata en tres ocasiones de las virtudes teologales. En los números 1812 y 1813 afirma que son virtudes que se refieren a Dios de manera directa (como su origen -provienen de Él-, como su motivo y su objeto) y sirven para disponer a los cristianos en los diversos aspectos de su relación con Dios. De ahí que sean fundamentales en la existencia de los que por la gracia son "hijos de Dios": vivifican todas las demás virtudes. En el número 2086, citando el catecismo romano, indica que el cumplimiento del primer mandamiento requiere las virtudes teologales. Y en los números 2656 a 2658 trata de la relación de las virtudes teologales con la oración: la fe permite el entrar en oración, la esperanza del retorno del Jesucristo y la caridad que, derramada por el Espíritu Santo en el corazón (cf. Rm 5, 5) es la fuente del diálogo con Dios.

Las virtudes teologales han influido algunos aspectos de la literatura cristiana. En San Manuel Bueno mártir de Miguel de Unamuno el personaje principal representa la caridad, la narradora Ángela la esperanza y el tonto del pueblo Blasillo (en homenaje a Blas Pascal) la fe pura, la fe del carbonero. También se pueden encontrar referencias a las virtudes teologales en algunos poemas de Soledades, de Antonio Machado, como "Anoche cuando dormía".

Comprendo que las virtudes teologales son hábitos, por consiguiente se pueden adquirir solo con la práctica asidua. Estas virtudes deberán infundirse por consiguiente en la voluntad y en la inteligencia para ordenar sus acciones a Dios mismo. Con estos hábitos, nos acercamos al orden divino. Llegar al orden de Dios a través del cumplimiento y la repetición del buen acto.

Y si temporalmente, en exceso de laicismo, intercambiamos en nuestro contexto, el sustantivo Dios por conciencia? Considerando que la conciencia plena de nuestras relaciones con nuestro propio yo y el entorno, nos asemeja a la perfecta unión con la naturaleza y con el cosmos divino. Las virtudes teologales nos ayudarían a ordenar nuestras acciones con la conciencia misma? La caridad, la fe y la esperanza, son vías hacia la conciencia?

Aun si la respuesta a la pregunta anterior fuera afirmativa, queda una segunda interrogante sin respuesta: es suficiente el habito para generar lucidez?

La teoría de la acción comunicativa sostiene la importancia de las relaciones de clase involucradas en la producción. En esta teoría, la emancipación se logra cuando el ser suprime las restricciones pasadas resultantes de una comunicación distorsionada (Habermans, J 2008). Estoy atento al riesgo de distorsión que la relación entre las virtudes teologales y la conciencia pueden generar, sin embargo, también guardo la confianza del efecto contrario. He allí la razón de este ensayo. Y es justamente este autor que es el creador del concepto del espacio público, el que me infunde el argumento final para ir en pos de mi cruzada relacional. El Espacio público es concebido con una visión de encuentro y nexo, red re modeladora social. En esta perspectiva, este autor preconiza que el Estado, y el espacio intelectivo debe ser abierto ante las religiones, puesto que la población no ha evolucionado a la par con el concepto de laicicismo o secularización (Habermas, J 2008). Permitidme entonces, este abuso de confianza intelectual.

Qué es la fe y su relación con la conciencia?

La Fe es un concepto judío que se deriva de la palabra hebrea emuná que significa tres cosas: firmeza, seguridad y fidelidad. Para el pensamiento judío, una fe que no incluya seguridad o fidelidad, es lo mismo que separar el espíritu del cuerpo, es decir: es una fe muerta (Stg 2:26).

Ésta es la definición de la fe dada en la carta a los hebreos:

"la Fe es la certeza de lo que se espera y la evidencia de lo que no se ve" (Heb 11:1).

La palabra griega: 'élenjos' se suele traducir tradicionalmente por: 'convicción', pero como hemos visto, la fe no es sólo convicción; sino obrar consecuentemente con lo que uno cree. Élenjos también significa: "evidencia" o "prueba de algo". Así pone Yakov (Jacobo, o Santiago) el ejemplo de Abraham: que creyó a Dios y le fue contado por justicia, pero únicamente validó esa convicción cuando llevó a su hijo al altar, como Dios le había mandado (Heb 11:17; Stg 2:21-22).

La clave entre fe y conciencia dependerá de la firmeza, seguridad y fidelidad al postulado de base. En teología ese postulado base es Dios. La fe en Dios. La pregunta ahora es, y si ese postulado es “la vida”. El respeto a la vida en todas sus expresiones? La firmeza, seguridad y fidelidad en la vida, en la expresión ultima de toda estructura ecológica?

Desde una visión profana la fe es la creencia en la verdad o la fiabilidad de una persona, idea o cosa ante la ausencia de evidencia. Es también el conjunto de creencias de una religión o el conjunto de creencias de alguna persona, de una comunidad o de una multitud de personas. En nuestro caso, esa fe en la vida, si goza de evidencias, factor favorable.

Las causas por las cuales las personas se convencen de la veracidad de una fe, dependerán de los enunciados filosóficos en los que las personas confían. La palabra «fe» puede referirse a una religión o a la religión en general. Al igual que la "confianza", la fe implica un concepto de eventos o resultados futuros, y se utiliza a la inversa como una creencia no apoyada en una prueba lógica o evidencia material.1 2

Si la fe nace de un postulado, se la combina con evidencias del pasado y un soporte razonable por el cual se establece un resultado esperado, se despertará en la persona un toque de anhelo que la inducirá a actuar para conseguir lo esperado. Así pues, dará como resultado una fuerza interior cauta, que procurará asegurarse de que las condiciones son las ideales, y sobre todo y lo más importante, posee dominio de la razón sobre sus actos. A este respecto no es una fuerza interior bruta que nace y no se sabe cómo. Si el postulado de la fe es la vida, la fuerza interior generada podrá emerger conscientemente e influir en cada una de las decisiones del individuo.

Si la fe nace de un deseo, el cual ha encontrado una creencia que lo apoya y añadiéndole la fuerza que aporta la aprobación grupal de un colectivo a la autoestima y dignidad de la persona, así como de la confianza absoluta que el propio individuo le confiere a sus propios deseos, dará como resultado una fuerza interior bruta sin directriz racional. Si el deseo elevado a postulado es el amor a la vida, siendo una creencia proactiva, el riesgo de la fuerza interior bruta es virtualmente nulo.

Qué es la caridad y su relación con la conciencia?

De acuerdo con el catecismo de la Iglesia católica (1822), "la caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas por Él mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios". Comprendo que la caridad es un estado de virtud por la cual, el amor se manifiesta hacia Dios y nuestros semejantes a través de ese amor. La caridad cristiana es un amor expresado directamente hacia Dios. Una especie de especialización del amor de acuerdo a su sujeto de expresión.

Menciona San Agustín que la culminación de todas nuestras obras es el amor. Ese es el fin y para conseguirlo, corremos, hacia él corremos; una vez llegados, en él reposamos (S. Agustín, ep.Jo. 10, 4).

La caridad se hace humana cuando Jesús da su mandamiento nuevo a los apóstoles y discípulos: Ámense unos a otros como yo los he amado (Jn 15, 12).

Toma en cuenta para llevar a cabo la acción de ese amor, el guardar los mandamientos de la ley de Dios, o 10 mandamientos. (Jn 15, 9-10; cf Mt 22, 40; Rm 13, 8_10).

Dios se coloca como único y perfecto ejemplo de amor, que salva a los que todavía no creen en él, que muere por quienes son todavía sus enemigos: (Rm 5, 10; Mt 5, 44;). La caridad teologal se califica como el amor verdadero y no incluye otras manifestaciones como el amor de pareja, el amor a la vida o el amor filial.

San Pablo habla del amor de Dios y nos deja ver cómo es la caridad, "La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta" (1 Co 13, 4-8). Y termina, "la caridad no dejará de existir". Es precisamente en esta definición donde encuentro las bases de relación con la conciencia. Es nuestro ego, que en lenguaje Freudiano seria el Super yo, el que nos aleja de la realidad. Esa necesidad intrínseca de reconocimiento por nuestros valores sociales, intelectivos o económicos, los que hace que nos separemos de los semejantes a través de nuestras carencias, como la falta de paciencia, de servicio, a través de la comparación envidiosa y la jactancia, del interés superfluo y temporal, de la cólera que promociona la injusticia y la brutalidad. Incapaz de comprender o excusar porque no se acepta a sí misma. La definición de San Pablo es la respuesta a los estados exacerbados de conciencia, que provocan percepciones distorsionadas de la realidad exterior y de nuestra propia realidad. Sin caridad, que podría también llamarle “estado normal de espíritu” la conciencia de sí mismo y del entorno así como sus relaciones es virtualmente imposible. O con un lenguaje más poético; sin amor no hay conciencia.

La caridad es la virtud teologal más importante, y es superior a cualquier otra virtud. (1 Co 13,13).

Para San Basilio, la condición de hijos del Padre era adquirida cuando entendida como la búsqueda del bien: "O nos apartamos del mal por temor del castigo y estamos en la disposición del esclavo, o buscamos el incentivo de la recompensa y nos parecemos a mercenarios, o finalmente obedecemos por el bien mismo del amor del que manda... y entonces estamos en la disposición de hijos" (S. Basilio, reg. fus. prol. 3).

Comúnmente al testimoniar de acciones bárbaras, solemos decir: es un acto sin conciencia. Lo que podría traducir, como, es un acto sin amor, sin caridad a Dios ni al prójimo y por consiguiente tampoco hacia sí mismo. Socialmente los actos que no guardan la justicia y equidad del amor al prójimo y a sí mismo, son insostenibles y deletéreos a toda la sociedad. En todo caso, nuestra sociedad global, carece de sostenibilidad. Hoy por hoy, es necesario cambios fundamentales para salvar nuestra vida de nuestra propia sociedad (Havel, 2001).

No sería que el modo de producción y subsistencia ha modificado las percepciones y las relaciones de la humanidad con la naturaleza, agudizando ciertos sentidos y amortiguando otros? Fuimos alguna vez una sociedad consciente de las múltiples relaciones con la vida? Fue alguna vez tan profundo el espíritu religioso, que permitió la búsqueda de lo sagrado y la identificación con la vida?

Qué es la esperanza y su relación con la conciencia?

La esperanza es la virtud por la cual el hombre pasa de devenir a ser. Siguiendo a Santo Tomás de Aquino, ha sido definida como "virtud infusa que capacita al hombre para tener confianza y plena certeza de conseguir la vida eterna y los medios, tanto sobrenaturales como naturales, necesarios para alcanzarla, apoyado en el auxilio omnipotente de Dios".[1] A la esperanza se oponen, por defecto, la desesperación y, por exceso, la presunción.

En la Teología cristiana estas virtudes forman una unidad indisoluble con las virtudes cardinales o naturales: Prudencia, Justicia, Templanza y Fortaleza y todas ellas en su conjunto describen la imagen cristiana del hombre.

Si bien en esta definición, el objetivo teológico de la esperanza es la vida eterna, desde un punto de vista laico, propondría limitarnos a la manutención de la vida en tanto expresión existencial y biológica. La conciencia expresada como amor a la vida, tendría en la esperanza un soporte que guiaría cada una de las acciones humanas hacia su promoción y defensa. O mejor aún, la esperanza es la renovación de la certeza de que estamos enraizados y en auto trascendencia en la tierra y el cosmos (Havel, V 1997).

A guise de Conclusión

La conciencia es un fenómeno humano inherente a la vida. Las virtudes teológicas ordenan las acciones del ser humano en relación a los designios de Dios. La fe, en tanto virtud representa la firmeza, la seguridad y la fidelidad en lo que no se ve aun. La caridad por su parte se manifiesta como el amor a Dios y por ende al prójimo. La esperanza es la transformación del devenir en el ser. Es un estado de confianza. Lo opuesto es la desesperación y la presunción.

La caridad, la fe y la esperanza enfocadas como precursoras del amor y el respeto a la vida, pueden ser instrumentos de conciencia cognitiva en un marco secular y holístico. En otros términos, ascendientes de las expresiones de la vida que no se ven aun. Extendiendo incluso la conciencia de vida con visión de ubicuidad, tal cual profesa el canon religioso. Reconociendo los límites que la práctica de las virtudes tienen en el alma humana: el hábito no garantiza la lucidez.

La importancia del debate consiste en que para construir comunidades ecológicamente sostenibles, con diseños que permitan a las tecnologías no interferir con la capacidad inherente de la naturaleza para mantener la vida (Brown, L 2009), se requiere un nuevo estado de conciencia, que se permita apoyarse en todos los imaginarios posibles, sean estos profanos o religiosos. La espiritualidad como sentido común según diría Steindl Rast.

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 Referencias (wikipedia):

1. ↑ «NeoFronteras » Los orangutanes tienen inventiva - Portada - Noticias de Ciencia y Tecnología - Noticias».

2. ↑ «Los Ratones tienen Pensamiento Abstracto - Axxón - Noticias».

3. ↑ Estudio de primates ‘tambalea’ concepto de lo humano - El Universal - Ciencia

4. ↑ Los elefantes reconocen su propia imagen ante un espejo
elmundo.es

5. ↑ Los elefantes lloran a sus muertos
elmundo.es

6. ↑ Los delfines pueden reconocerse
LANACION.com

7. ↑ «Las urracas son capaces de reconocerse en el espejo, según un reciente descubrimiento - 20minutos.es».

8. ↑ http://www.sciencedirect.com/science?_ob=ArticleURL&_udi=B6W9W-4X9NCFD-3&_user=10&_coverDate=11%2F30%2F2009&_rdoc=1&_fmt=high&_orig=search&_sort=d&_docanchor=&view=c&_acct=C000050221&_version=1&_urlVersion=0&_userid=10&md5=31b3f59044a607b8ee5dd6a19c7e4d7c

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