LODI
Conocí a Chrysalis
Emmat a través de un anuncio en la revista Buenhogar que mi madre solía comprar
en la librería “Selecciones” de la avenida 7 de octubre en el Quevedo de
infancia. Así se alimentaría esa insaciable sed por conocer los vastos mundos
allende fronteras, a través de cartas y recortes de diarios. Finalmente 27 años
después la conocería en carne y hueso en Manhattan. Chrysalis vivía en Lodi, un
“town” de New Jersey cruzando el túnel A. Lincoln sobre el rio Hudson.
En septiembre 2006 con la intensión
de promover “How being rich with little
money” estuve en Felician College en el campus de Lodi, esta es una universidad franciscana fundada en
1942 cuya presidenta era la Dra. Anne Prisco.
No pude
conversar con ella, sin embargo expuse el texto en un inglés bastante asequible
a un grupo de estudiantes. Comprender sus preguntas me hizo sentir el primer anglófono
de los mortales. Estuve tan contento, que
regresé a casa de Chrysalis para cambiarme de ropa y salir a trotar por
la avenida Passaic, aun no llegaba el invierno.
En las
tardes solía leer en el diván del lobby la novela de Iván Turguénev “Padres e hijos”. Aunque no finalizaría su lectura, recuerdo la definición
que hacía del nihilismo, una tendencia que no se inclina ante ninguna
autoridad, que no acepta ningún principio como artículo de fe. Con el nihilismo
en la maleta de ruedas atravesaría el largo recorrido hasta Goz Beida en el
desierto del Sahara.
Carlos E. Montúfar
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