jueves, 5 de abril de 2012

ODALISCAS

EN EL ORDEN DEL SABER, LA EQUIVOCACION ES SIEMPRE LO PRIMERO

(Gaston Bachelard, 1975)


Nosotros (los humanos) nos dejamos llevar de la impaciencia y del inmediatismo. Sin embargo soñamos con la inmortalidad. Ella (la inmortal) es paciente, es segura, se sabe en misión eterna. Nosotros tenemos la convicción de la muerte, 89 o 70 años después, llegara. Sin dudas.


Construir como si no fuéramos a morir, nos permite ser eternos en el instante, ilusos, pero también permanentes en el detalle, en el amor al arte, a la vida.


Esta web es eso, la lucha eterna cada día por la inmortalidad. Aun sabiendo el resultado final de la batalla, combatir!


Paradoja, no aprecio la reproducción. Ese mecanismo biológico repetitivo y necio que nos permite llamarnos padres. La reproducción es una forma de inmortalidad indirecta. Sirve emocionalmente más a los padres que a sus vástagos. Este apreciar ha tenido excepciones, no puedo dejar de anotarlo.


El saber es pensamiento, intelecto razón. Reconozco que muchas veces pensamos algo para justificar lo que sentimos, más aun, inventamos teorías retoricas para evidenciar y validar nuestras emociones más profundas. Bien manifiesta Ratzinger que para llevar a cabo rectamente la función de la razón, esta ha de purificarse constantemente, porque su ceguera ética, que deriva de la preponderancia del interés y del poder que la deslumbran, es un peligro que nunca se pude descartar totalmente (Carta Encíclica, Deus Caritas Est del sumo pontífice Benedicto XVI sobre el Amor Cristiano, 2006).


La ciencia es la religión de los tiempos modernos o para decirlo con exactitud, de los últimos tres siglos. La epistemología acepta los límites y errores de la ciencia. Las supuestas infalibilidades comienzan a deshacerse, incluyendo la que se le atribuye al Papa. Bien preguntaba Fidel Castro, ¿Qué hace un Papa?


Cuando la relatividad hace todo nebuloso, ¿Qué nos queda como asidero?


Ahora que sabemos que los místicos tenían razón, que no solo gira la tierra sino también el sol en una elipse de 26.000 años explicando el horóscopo. Ahora que conocemos que no estamos quietos ni cuando morimos, cuál será el punto de apoyo que nos dará la inferencia hacia el presente?


Queda la filosofía como amor a la ciencia, amor a la vida, al descubrimiento a la búsqueda eterna. Y más allá aun, simplemente queda el amor. Amor a Dios y amor al prójimo son inseparables, son un solo mandamiento en el Cristianismo. El amor es más fuerte que la muerte repetía el místico Eckart. Al final del camino o al principio, solo nos queda el amor.


Entonces, en el desván de mis libros, escucho el murmullo de la vida que se escurre entre los parlantes y percibo el viejo estribillo de 1931 del Trío Matamoros, el mismo que me resucitó en Bruselas.


“..Que tú me quieres dejar, que yo no quiero sufrir, contigo me voy mi Santa aunque me cueste morir…”


Y nada importa si te dejan, lo importante es que tú no te dejes nunca. El dolor es parte de la vida, el sufrimiento en cambio es el dolor inventado por el temor a lo que vendrá, por ver lo que no existe. Y de todas formas bien vale la pena vivir o morir por amor, porque de eso se trata precisamente. Todo lo que has dado, es lo ganado. Así que como canta el estribillo, “contigo me voy mi Santa aunque me cueste morir…” me parece algo relativamente colindante del amor Cristiano que no se busca a sí mismo, sino que, precisamente en su disponibilidad a perderse a sí mismo a favor del otro, se manifiesta en cultura de la vida.

Carlos Montufar S@copyright 2012

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